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Chapter 6 - Capítulo 7

Capítulo 6 Exámenes Chunin parte 2

 

Al día siguiente, el segundo examen terminó y el Hokage dio

un discurso explicando el origen de los exámenes chunin y su relación con el

mundo actual. Luego, se explicó que la segunda ronda consistiría en combates de

muerte súbita, y aquellos que ganaran pasarían a la siguiente ronda.

El ninja encargado de supervisar los exámenes era Hayate, un

tipo pálido y con muchas ojeras. Si Naruto no lograba detener la invasión de la

Arena y a Orochimaru, Hayate tendría un final trágico. Aunque parecía estar

enfermo, quizás muriera igualmente. También era posible que solo tuviera una

gripe común y se recuperara pronto.

Después de explicar las reglas, Kabuto decidió retirarse, y

los tres equipos de novatos respiraron aliviados.

—Un asesino sin escrúpulos fuera —susurró Sakura.

—Ahora solo queda el panda furioso —susurró Ino, y todos

miraron de reojo a Gaara, quien les dedicó una mirada asesina y un gruñido

bajo. Parecía presentir que le estaban llamando panda de nuevo.

—¡Los mataré a todos! —gruñó Gaara, su corazón no se había

ablandado por haberle dado comida.

El juez Hayate carraspeó para detener la pelea, y Gaara se

contuvo. Eran siete equipos de tres personas, y con la retirada de Kabuto,

quedaron veinte personas, por lo que habría diez combates. Naruto sintió algo

de repelús cuando se percató de que los combates seleccionados eran iguales a

los que recordaba, comenzando por Sasuke y terminando por Chōji y Dosu. Él se

preguntó si desde un principio estaban arreglados o si era pura casualidad.

La sala donde combatían era enorme, y el suelo estaba

despejado, porque los espectadores observaban desde la parte superior. Allí

estaban los maestros y también los participantes.

Naruto suspiró de alivio, porque los combates fueron

diferentes a lo que él sabía, y los cambios que había hecho se notaron en las

peleas.

El primer combate fue entre Sasuke y uno de los compañeros de

Kabuto. Sasuke embistió y su oponente quedó estampado contra la pared, sin

siquiera ver qué lo golpeó.

Luego fue el turno de Shino contra Zaku, un ninja de la Aldea

del Sonido, que era la tapadera de Orochimaru. Zaku era fuerte y podía disparar

una especie de ráfaga de sonido usando sus brazos como un cañón, pero Shino era

uno de los combatientes más duros de este examen, y la ráfaga de sonido resultó

inútil contra él.

Shino era un maestro de insectos, los cuales guardaba en su

cuerpo, y estos se metieron en los brazos de Zaku, devorando su chakra y

asegurando una victoria absoluta para Shino.

El siguiente combate fue entre Kankuro y el segundo compañero

de Kabuto. Este último intentó aplastar a Kankuro hasta la muerte con una

extraña técnica de contorsión, pero al final resultó que había atrapado a la

marioneta de Kankuro en lugar de al verdadero, y sufrió una derrota lamentable.

La siguiente pelea fue Sakura contra Ino. Ino envistió para

comenzar una pelea de taijutsu, pero Sakura se movió utilizando el parpadeo

corporal, apareciendo detrás de ella y colocando su mano derecha sobre la

cabeza de Ino, quien cayó al suelo desmayada.

—Puño suave —murmuró Hinata con tono confuso. Sasuke lo miró a

él.

—¿No dijiste que era un jutsu médico? —preguntó Sasuke.

—Son cosas similares —respondió Naruto, y Kakashi suspiró

frustrado.

—¡Buuu! ¿Qué pasa con este torneo? ¿Por qué las peleas son

tan desiguales? —se quejó Naruto a gritos.

—¡Esto no es un espectáculo! —reprendió Kakashi mientras

lanzaba una mirada de disculpa a los demás sensei.

Un minuto después, peleaban Tenten contra Temari, y aunque la

pelea duró más tiempo, las armas arrojadizas de Tenten fueron rechazadas por

Temari, quien la derrotó sin problemas. Naruto hizo una mueca, a pesar de que

ya sabía el resultado.

—Parece que la única pelea que valdrá la pena es la de Rock

Lee contra el Hermano Panda —se quejó Naruto. Gaara se puso tenso de inmediato,

pero su sensei lo detuvo.

—¿Qué? ¿El cejotas es fuerte? —preguntó Kiba, mirando a Rock

Lee.

—Es un monstruo —dijo Sakura.

—¡Sakura-chan! —lloró Rock Lee, que estaba a unos metros de

distancia.

—¿Y qué hay de Neji? —preguntó Kiba.

—Su Kekkei Genkai es impresionante contra los luchadores de

taijutsu y cualquiera que se acerque demasiado a él, pero perdería

miserablemente contra el hermano panda —dijo Naruto. Kiba y Shino se pusieron

tensos y miraron a Hinata con preocupación. Naruto se dio cuenta de que Hinata

no les había mostrado su nueva técnica de combate.

—Tranquilos, él no tiene ninguna oportunidad contra Hinata

—aseguró Naruto y miró a Hinata—. Hinata, si quieres ser la más fuerte de tu

clan, debes ser seria en tu desempeño en este torneo —dijo Naruto, y Hinata

asintió con determinación, mientras Neji apretaba los dientes.

—¿Qué le pasa? ¿No son familia? —preguntó Chōji mientras

comía frituras.

Hinata bajó la cabeza y, como ella no dijo nada, Naruto

tampoco habló.

El siguiente combate fue entre Shikamaru y Kin, una mujer que

había hecho equipo con el ya derrotado Zaku como tapadera de Orochimaru para

infiltrarse, y ahora él actuaba como su sensei.

Kin usó un genjutsu ilusorio empleando un par de campanillas,

pero tardó mucho en actuar, y la astucia de Shikamaru y su técnica de sombra

hicieron el trabajo, derrotándola en un combate estratégico.

En el siguiente combate, se enfrentaron él y Kiba.

—Kiba, si no quieres terminar estampado contra la pared,

ríndete ahora —ofreció Naruto.

—Yo no… —Naruto se abalanzó, y Kiba terminó estampado contra

la pared.

—Hinata, ahora es tu turno, actúa con determinación —aconsejó

Naruto al volver a subir. Hinata asintió decidida.

Neji estaba furioso y adoptó la postura de combate Hyuga

cuando estuvieron uno frente al otro. Naruto sonrió al ver que Hinata lo

imitaba.

Hayate miró con preocupación a Neji, que emanaba una

intención asesina. Los jonin que también lo notaron se prepararon para

intervenir en cualquier momento.

Hayate se acercó para intervenir en caso de un golpe mortal

de Neji y luego se dio inicio al combate. Ambos oponentes tenían el Byakugan

activado y estaban listos para atacar.

Neji se lanzó para acortar la distancia, pero Hinata usó el

parpadeo corporal para retroceder a gran velocidad y realizó un movimiento de

lanzamiento que sorprendió a Neji. Neji vio las cinco agujas de chakra que

Hinata le lanzaba y cruzó los brazos para cubrir su cara y torso, lo que

resultó en su derrota. Neji se dio cuenta de ello cuando finalizó su envestida

y dio dos pasos atrás.

Estos movimientos ocurrieron en un segundo. Neji avanzó, y

Hinata desapareció de su posición. Cuando reapareció, ya estaba lanzando las

cinco agujas de chakra, y Neji ni siquiera había llegado a su posición

original, por lo que en el mismo ataque tuvo que tomar medidas defensivas y

decidió interponer sus brazos.

Naruto se preguntó por qué no había girado para desviar los

golpes, si fue porque subestimó las agujas o porque su postura no era la

adecuada al estar en movimiento. Quizás fueron ambas razones al mismo tiempo.

Neji apretó los dientes mientras miraba a Hinata, que estaba

a diez metros de distancia. Él bajó sus brazos que habían sido sellados y ya no

podía circular chakra a través de ellos. Toda su técnica ofensiva dependía de

que el chakra fluyera por sus brazos, y al estar sellados solo podía intentar

golpear con taijutsu normal y depender de su fuerza física.

Neji observó a Hinata, que no había bajado la guardia y

sostenía otras cinco agujas en cada mano, cambiando su postura de taijutsu por

una de lanzamiento. Neji apretó los dientes lleno de amargura e insatisfacción,

pero dos segundos después se vio obligado a rendirse, ya que al ver que no se

rendía, Hinata ya levantaba las manos para lanzarle más agujas.

Los espectadores, especialmente los jōnin, miraban con

incredulidad la nueva técnica del Puño Suave a distancia.

—¿Un chaleco puede detener esas agujas? —preguntó Gai

preocupado. Él no pasó por alto los pequeños pinchazos sangrantes en el brazo

de Neji.

El Puño Suave era un toque suave para impulsar el chakra, no

le iba bien contra enemigos blindados. Lass agujas tampoco tenían mucha

penetración y no atravesarían un chaleco, a menos que se utilizara chakra más

concentrado, lo cual sería un desperdicio ya que las extremidades eran

igualmente buen objetivo.

Hinata y Neji subieron al balcón mientras todos observaban a

Hinata con asombro, y Neji parecía completamente desmotivado. Gai, como su

sensei, no parecía saber cómo animarlo, solo Tenten se apresuró a decirle que

todo estaría bien.

—¡Bien hecho! —animó Naruto a Hinata, rompiendo la sorpresa

general que abrumaba a ambos luchadores, ya que los jōnin, quienes conocían a

Neji, nunca esperarían que Hinata lo derrotara con un solo movimiento.

—Hinata, felicitaciones —aplaudió Shino. Luego su sensei,

Kurenai, también la felicitó. Kiba seguía durmiendo en la enfermería.

Hayate declaró el siguiente combate, que sería entre Rock Lee

y Gaara. Rock Lee bajó lleno de determinación, mientras que Gaara bajó con

intenciones asesinas.

—¡Ánimo, Hermano Panda! —gritó Naruto, lo que hizo gruñir a

Gaara.

—Naruto, ¡lo estás enfadando aún más! —reprendió Sakura.

—Naruto, ¿no dijiste que no lo provocáramos? —preguntó Ino

molesta.

—Tranquilos, el Hermano Panda entiende mis buenas intenciones

—dijo Naruto con calma—. ¿Verdad, Hermano Panda? —preguntó Naruto en voz alta.

—¡Te voy a matar! —gruñó Gaara.

—Ya verán cómo nos hacemos amigos después —dijo Naruto

despreocupado. Sus compañeros hicieron muecas, y el grupo de Gaara lo miró con

enemistad.

—Deja de presumir y quítate las pesas —reprendió Sakura al

ver que Rock Lee se disponía a enfrentar a Gaara sin haberse quitado las pesas.

—Rock Lee, si no te quitas esas pesas, el Hermano Panda hará

una escultura de arena de ti —advirtió Naruto. Kakashi miró a Gai.

—Gai, hazle caso —advirtió Kakashi.

Gai suspiró y miró a Gaara, luego a Rock Lee para levantarle

el pulgar. Rock Lee retrocedió y comenzó a quitarse las pesas, sorprendiendo a

todos con su forma física.

Naruto no notó mucha variación en la batalla que recordaba,

ya que se dio cuenta de que la velocidad y fuerza de Rock Lee no eran

suficientes para romper la defensa de Gaara. Rock Lee recibió permiso de su

sensei para usar la Técnica de las Ocho Puertas, que en opinión de Naruto era

la máxima técnica de taijutsu.

Naruto miró a Sasuke, quien le asintió sin mirarlo, centrando

sus ojos rojos de dos tomoes en Rock Lee para indicarle que estaba copiando

todo su taijutsu con sus ojos y luego lo compartiría con él.

—¡Ustedes solo son un grupo de copiones! —acusó Kiba después

de preguntarle a su sensei sobre los ojos de Sasuke. Naruto no tuvo que

responder nada, porque al insultar a Sasuke, Kiba recibió una fuerte reprimenda

de parte de Sakura e Ino, que ya se había recuperado de su desmayo.

Los profesores les reprendieron por armar escándalo, pero

Sasuke siguió grabando todo el taijutsu de Rock Lee sin siquiera parpadear.

Naruto miró a Orochimaru, quien estaba disfrazado como un maestro ninja del

Sonido y lo observaba con malas intenciones.

Mientras se desarrollaban tramas espeluznantes en el piso de

los espectadores, debajo había un espectáculo, ya que Rock Lee parecía haberse

transformado en un guerrero Z, rodeado de un aura roja, su cabello se levantaba

y sus ojos estaban en blanco debido al esfuerzo.

La velocidad desatada por Rock Lee superaba la de un jōnin

como Kakashi, y Gaara ni siquiera podía verlo, mientras Rock Lee pateaba y

golpeaba por todos lados. Su fuerza con cuatro de las Ocho Puertas abiertas era

monstruosa, pero no lograba romper la defensa de Gaara.

Naruto sabía que esa defensa era capaz de bloquear

explosiones, por lo que era imposible que Rock Lee la atravesara con puñetazos

y patadas. La defensa de Gaara también era automática y la velocidad de Rock

Lee no era suficiente para superarla.

Esto no quería decir que las ocho puertas fueran inútiles en

contra de Gaara, solo que el físico de Rock Lee no era suficiente. Si Gai se

enfrentara a Gaara, con abrir una sola puerta, este ya estaría en problemas,

porque las ocho puertas solo eran un potenciador, y la fuerza desatada, dependía

del físico de su usuario, y no había comparación entre Rock Lee y Gai.

Después de un minuto, la derrota de Rock Lee se hizo evidente

para todos.

—Gai, dile que se rinda. Solo le queda un minuto de

resistencia y ese chico no parece ser alguien que muestre piedad. Atacará con

todo lo que tiene —advirtió Kakashi. Gai negó con la cabeza y dijo que Rock Lee

no se rendiría. Naruto sabía que esto iba a terminar mal, pero no estaba

preocupado por eso.

Apenas un par de minutos después, Rock Lee, al darse cuenta

de que no podía romper la defensa de Gaara, utilizó todo su chakra restante en

un solo ataque, tomó a Gaara por detrás y realizó una especie de suplex aéreo,

lo que causó una explosión cuando ambos se estrellaron contra el suelo.

El lugar se llenó de polvo, pero al final, Gaara se levantó

con una expresión de furia asesina, sin recibir ni un rasguño, mientras que

Rock Lee estaba en el suelo sin chakra y sufriendo los efectos de haber abierto

cuatro puertas. Él no tenía ningún cuerpo especial que lo curara como Naruto, y

en circunstancias normales, tomaría varios días recuperarse.

Gaara vio que ya había ganado, pero como dijo Kakashi, no

dudó y atacó sin importarle que Rock Lee no pudiera moverse. Antes de que el

juez declarara el fin del combate, Gaara usó la arena para atrapar una pierna

de Rock Lee y la aplastó con furia, mientras Gai y Kakashi saltaban para salvar

a Rock Lee de una muerte segura.

Después de que todo estuvo bajo control, Naruto descendió.

—Abran paso, soy médico —dijo Naruto avanzando entre los

jōnin. El maestro de Gaara y sus hermanos también estaban allí. Sasuke también

había acudido al rescate de Gaara.

Kakashi, que sabía que él podía usar el chakra del Kyūbi, se

apresuró a colocarse a su lado.

—Espera a llegar a la enfermería —le susurró al oído. Naruto

asintió, él no pensaba usar el chakra del Kyūbi frente a toda esa gente.

Gai, quien observaba la pierna destrozada de Rock Lee

mientras lloraba junto a él, lo miró con esperanza, ya que había visto como

curó un ojo que se suponía perdido.

—No hay problema, llevémoslo primero a la enfermería —dijo

Naruto, y los ojos de Gai se iluminaron. Él se levantó con Rock Lee cargado en

sus brazos, y Rock Lee gruñó de dolor.

—Permíteme —dijo Naruto, colocando dos dedos en su cuello.

—No siento mi cuerpo —dijo Rock Lee alarmado después de que

Naruto retiró la mano. Su cuerpo quedó flácido en las manos de Gai.

—¿Puño suave? —preguntó Gai aturdido. Naruto negó con la

cabeza.

—Esto es algo físico, he dado un pequeño toque a su médula, aturdiendo

sus nervios, lo que ha desconectado su cerebro del resto del cuerpo. No

intenten replicarlo, un error y también desconectarán el funcionamiento de

todos los órganos del cuerpo —explicó Naruto.

—¡Naruto, eso es muy peligroso! —reprendió Sakura.

—Será más peligroso si seguimos aquí. Vamos a la enfermería.

Sakura, serás mi asistente —dijo Naruto liderando el camino, mientras los jōnin

se apartaban mirándolo con repulsión porque había dejado a Rock Lee inválido

con un solo toque en el cuello.

—Gai-sensei, podemos pedir otro médico —rogó Rock Lee, pero

Gai ya lo seguía, diciéndole que fuera valiente.

En la enfermería, él y Sakura se apresuraron a lavarse y

utilizar la indumentaria de médicos. Rock Lee fue sedado, y Naruto se ocupó

primero de su columna, mientras Sakura se aseguraba de que no se desangrara y

curaba heridas menores.

Con el chakra del Kyūbi, Naruto solo tuvo que asegurarse de

no dejar huesos atravesados y de que Rock Lee tuviera suficiente sangre en su

cuerpo.

Debido a que fueron minuciosos, la operación duró cuatro

horas. Al finalizar, Sakura despertó a Rock Lee, y Naruto abrió la puerta para

que Gai y su equipo entraran, encontrando a Rock Lee cubriéndose tímidamente al

darse cuenta de que su ropa había sido cortada y Sakura lo había visto

completamente.

—¡Maestro! —lloró Rock Lee, quien no tenía ni siquiera un

raspón en el cuerpo, pero parecía desconsolado.

Sakura rodó los ojos y salió de la enfermería. Naruto se

quedó para asegurarse de que Rock Lee no sintiera ningún dolor, y otros médicos

también lo examinaron mientras le preguntaban cómo curó sus huesos y los daños

en su columna. Kakashi se encargó de sacarlo de allí.

Cuando Naruto y Sakura regresaron al salón, los combates ya

habían terminado y todos se habían ido, solo quedaban el equipo de Asuma, el de

Kurenai y el juez. Naruto hizo una mueca al ver que tenía el primer combate

contra Hinata.

—Hinata, ¡espero ver toda tu fuerza! —dijo Naruto con

seriedad.

—¡Haré todo lo que pueda para ganar! —dijo Hinata decidida.

Naruto se apresuró a negar con la cabeza.

—No, Hinata, si mi novia me da una paliza frente a todos,

perderé la cara. No es necesario que ganes, solo muestra toda tu fuerza

—explicó Naruto. Hinata se puso roja y también Sakura, pero Hinata estaba

avergonzada mientras que Sakura estaba furiosa.

—¡Naruto! —reprendió Sakura con un grito antes de que Kiba

pudiera decir algo.

Al volver a la aldea, Kakashi dijo que entrenaría a Sasuke.

Gai se ofreció a entrenar a Naruto cuando Kakashi le dijo que él usaba las ocho

puertas, pero Naruto se negó porque tenía otros planes. Kurenai se ofreció a

entrenar a Sakura, y esta aceptó, solo con el propósito de preparar a Hinata

para que no le concediera la victoria a él.

La siguiente etapa del examen sería en un mes, y ellos ya

habían entrenado todo lo básico. Ahora tenían que entrenar en sus

especialidades, y Naruto ya tenía un plan para entrenar una técnica que le

daría ventaja sobre sus rivales, pero primero debía encontrar a Jiraiya.

Naruto sabía que el Sannin Sapo estaba a punto de llegar a la

aldea. También sabía que el juez del torneo sería asesinado por el maestro de

la arena, pero no sabía dónde ocurriría, y al ver lo unido que estaba Kakashi a

Sasuke, suponía que él ya debía saber que Orochimaru estaba cerca. Naruto no

sabía qué hacer para advertirles sin revelar su propio conocimiento.

Tampoco era como si él no supiera nada, porque sabía que

Hayate encontraría su final espiando a los ninjas de la Arena, y ellos eran

invitados y tenían un área específica, solo tenía que buscarlos.

Naruto creó cien clones y buscó a los enviados de la Arena.

Él mismo fue a buscar al Sannin Sapo. Para eso, Naruto tenía una dirección y

solo esperó en los baños termales.

Al atardecer, Naruto seguía vigilando los baños termales

desde la calle de enfrente mientras comía unos bollos dulces. Él no podía ir a

cocinar a su casa…

Naruto sintió una intención babosa acercándose a los baños

termales, así que envió cinco clones. Él mismo terminó de comer y luego corrió

hacia otra dirección para ocultarse en el bosque.

Dos minutos después, hubo gritos y llamadas a los guardias

mientras una sombra corría hacia el bosque y él la recibía con una patada doble

en la cara.

—Sannin Sapo, eres demasiado loco —dijo Naruto con un

suspiro, bajando de la cara de Jiraiya y colocándose a un lado.

Jiraiya se levantó de un salto, con toda la cara roja debido

al golpe, y lo miró con indignación.

—Niño, ¿qué demonios te pasa? ¿Por qué saltas en la cara de

la gente? —reprendió Jiraiya mientras se aseguraba de que nadie los siguiera.

Él era un hombre alto, de cuerpo atlético y largo cabello blanco. Parecía tener

alrededor de cuarenta años, pero su cara no tenía ni una arruga.

—Sannin Sapo…

—¿A quién demonios llamas Sannin Sapo? —reprendió Jiraiya con

ira. Él intentó atraparlo, pero Naruto utilizó el parpadeo corporal para saltar

a un árbol, lo que hizo que Jiraiya levantara su guardia.

—Sannin Sapo, soy Naruto Uzumaki, usted fue el maestro de mi

padre, y estoy aquí para que me deje firmar el pergamino de los sapos. Usaré

este mes para aprender el Modo Sabio —explicó Naruto.

—No te conozco —dijo Jiraiya frunciendo el ceño.

Naruto se preguntó si este tipo estaba realmente senil. En

sus recuerdos, tampoco pareció reconocer a Naruto. Naruto hizo una mueca, pero

si lo reconocía o no, daba igual.

—Sannin Sapo, si no lo recuerdas o pretendes no recordarme,

no me interesa. Entrégame el pergamino del sapo y también la llave del sello de

los Ocho Trigramas, o sufrirás las consecuencias —advirtió Naruto, porque en

realidad, no necesitaba el entrenamiento de este tipo, sino de los sapos.

Además, él debía asegurarse de tener la llave del sello de Kurama, porque si

alguien lograba usarla en su contra cuando utilizara su poder, podría meterlo

en problemas.

Jiraiya lo miró seriamente y su cuerpo parpadeó para aparecer

a su lado, pero Naruto estaba atento y parpadeó al mismo tiempo para aparecer

en otro árbol.

—Mocoso, parece que has aprendido muchas cosas —dijo Jiraiya.

Eso confirmaba que él solo se hacía el loco y ya sabía quién era—. ¿Quién te

enseñó ese jutsu? —preguntó parpadeando nuevamente. Naruto también volvió a

saltar, y se adentraron más en el bosque.

—Sannin Sapo, deja de hacer preguntas tontas, tú solo eres un

extraño. Entrégame las cosas que te he pedido y podremos seguir cada uno por su

lado. Además, la llave me pertenece, tú solo eres un custodio. En cuanto al

pergamino, soy más digno de él que tú, que ni siquiera pudiste dominar el Modo Sabio

—dijo Naruto.

Este tipo era fuerte, pero era irresponsable. Naruto prefería

acercarse a Tsunade, quien, una vez que pudiera lidiar con sus traumas, sería

mil veces más confiable. Y no se podía olvidar que Tsunade era una ninja médico

con más conocimientos que Orochimaru en jutsus médicos. Ella era alguien de

quien quería aprender.

—Mocoso, te has vuelto algo arrogante. ¡Parece que tendré que

darte una pequeña lección para que respetes a tus mayores! —reprendió Jiraiya,

preparándose para atraparlo y dirigiéndole una sonrisa llena de dientes. Naruto

hizo una mueca, este tipo definitivamente estaba senil.

—Sannin Sapo, si te acercas, pelearé en serio. Te advierto

que hasta Kakashi retrocedería si hablara en serio sobre atacarlo —advirtió

Naruto. Jiraiya bufó con desprecio. Era evidente que él todavía no había tenido

un encuentro con el nuevo Kakashi.

Jiraiya saltó hacia él y, tal como Naruto le había advertido,

saltó mientras creaba cincuenta clones. Estos derramaron una lluvia de shuriken

y kunais sobre el Sannin Sapo, quien se cubrió con su cabello, formando una

rueda blanca que lanzó espinas en todas direcciones.

Los clones utilizaron el parpadeo corporal, pero dos de ellos

aún fueron destruidos. Los clones restantes no dudaron y abrieron las cuatro

puertas, saltando hacia Jiraiya con el Rasengan en mano.

Jiraiya se convirtió en una nube de humo, de la cual

emergieron tres clones, pero los clones de Naruto los ignoraron y sus Rasengan

chocaron contra el suelo, provocando una gran explosión que destruyó a muchos

clones y árboles circundantes, debido a la combinación de más de cuarenta

Rasengan y la fuerza de las cuatro puertas.

Cuando el polvo se disipó, Jiraiya estaba en el centro de un

hoyo de diez metros de radio y diez de profundidad, con varios escudos de

tierra levantados a su alrededor, pero que se habían agrietado y le causaron

algunos leves raspones.

Él miró a Naruto, que estaba a cincuenta metros de distancia,

y a los diez clones que se agotaron y desaparecieron. Jiraiya lo miró con

enojo, pero Naruto no perdió tiempo y creó cien clones más, que utilizaron las

ocho puertas y se lanzaron al ataque, sosteniendo kunais que se rodearon de la

naturaleza del chakra de viento y que partirían un árbol en dos si llegaban a

tocarlo.

—Sannin Sapo, si no quieres terminar en el hospital,

entrégame mis cosas —advirtió Naruto.

—Mocoso, ¡eres realmente arrogante! —reprendió Jiraiya y pisó

el suelo con fuerza, levantando polvo y rocas para ocultarse.

Naruto sabía que todavía estaba allí gracias a la percepción

de Kurama, que no podía ser engañada por clones, pero lo que no esperaba era la

barrera de aceite que dispersó el polvo y que salió de la boca del Sannin Sapo,

seguida por el fuego, cubriendo cincuenta metros delante de él y destruyendo

noventa clones con un solo ataque. Los otros clones parpadearon para alejarse.

Naruto hizo una mueca, ese era un ataque de área efectivo y brutal.

Con ataques como esos, intentar abrumarlo con números era un

error. Naruto tronó su cuello y abrió la cuarta puerta para lanzarse al ataque.

De los diez clones, cinco desaparecieron, y los otros cinco se lanzaron en

formación con él. Uno de los clones se quedó en la retaguardia y lanzó

shurikens cubiertos con la naturaleza del chakra, potenciados por la fuerza y

velocidad de la cuarta puerta.

Jiraiya saltó del agujero para esquivar los shurikens, y

Naruto y otros cuatro clones de ataque se encontraron con él en el aire para

entablar un combate cuerpo a cuerpo. El Sannin Sapo tenía un Taijutsu superior,

pero ellos eran cinco, y cuando uno de ellos estaba a punto de recibir un

ataque contundente, el lanzador de shurikens atacaba, obligando a Jiraiya a esquivar.

Jiraiya pronto se dio cuenta de que no podía suprimirlo, y a

pesar de que su taijutsu era mejor, la fuerza y velocidad de Naruto con cuatro

puertas abiertas lo superaban, perdiendo así su ventaja.

Jiraiya saltó y trató de usar su técnica de aceite y fuego,

pero los clones y Naruto parpadearon, y cuando reaparecieron, ya lanzaban

kunais y shurikens cubiertos de la naturaleza del chakra. Jiraiya se vio

obligado a interrumpir su técnica y a escupir docenas de bolas de fuego

pequeñas, mientras saltaba hacia atrás y lanzaba sus propios kunais y

shurikens, seguidos de otro ataque con pinchos usando su cabello.

—Hmmm… —carraspeó el Hokage una hora después, y tanto él como

el Sannin Sapo saltaron desde el centro de un espacio despejado de treinta

metros, quemado por jutsus de fuego y explotado por algunos Rasengan.

Naruto miró al viejo Hokage, quien los observaba desde un

árbol, dando un suspiro abatido al ver el desastre que habían causado en los

alrededores. Los cinco clones que peleaban junto a Naruto desaparecieron, y él

cerró la cuarta puerta, quedándose un poco sin aliento, ya que estaba

alcanzando sus límites.

Por otro lado, el Sannin Sapo se limpió el sudor de la

frente, aunque parecía menos cansado que Naruto, y si la batalla continuaba,

era evidente quién ganaría.

Naruto hizo una mueca, él sabía que su fuerza física era su

principal debilidad, seguida de su taijutsu. Si esas dos cosas estuvieran al

mismo nivel, él habría ganado, aunque el Sannin Sapo no utilizó sus

invocaciones ni el modo sabio. Sin embargo, para este último necesitaba la

colaboración de la mamá sapo y el papá sapo, y Naruto dudaba que ellos

colaboraran para que él ganara ventaja contra un niño.

—¿Pasa algo? —preguntó el Hokage con seriedad. Naruto suponía

que los Anbu le habían informado de la pelea. Jiraiya sonrió.

—No pasa nada, solo estaba enseñandole una lección a Naruto

—dijo Jiraiya con una gran sonrisa. Naruto bufó.

—Lecciones, vete al diablo. Dame la llave de mi sello, no

tienes nada que enseñarme. Si tengo que aprender de alguien, será de Tsunade.

Ella sí puede enseñarme cosas útiles. Además, debes darme el pergamino de los

sapos, lo llevaré a partir de ahora —dijo Naruto.

—¡Mocoso…

—Hmmm… —carraspeó el Hokage, interrumpiendo el grito de

indignación de Jiraiya—. Hablemos de esto en mi oficina. En este momento hay

extraños en la aldea —advirtió el Hokage.

En la oficina del Hokage, Jiraiya no tuvo más remedio que

entregarle la llave del sello cuando Naruto afirmó que su padre se la había

legado a él y que Jiraiya solo era su guardián. Jiraiya admitió que ese había

sido el trato. Sin embargo, no estaba dispuesto a entregarle el pergamino de

los sapos. Dijo que Naruto tendría que firmarlo e ir a hablar con los sapos en

persona, y ellos decidirían si le daban el pergamino.

A Naruto no le importaba demasiado el pergamino y aceptó

firmar, por lo que acordaron encontrarse al día siguiente después de descansar.

A medianoche, uno de sus clones se deshizo y Naruto sonrió.

Hayate no estaría contento con él, pero Naruto había salvado su vida.

El clon que vigilaba uno de los hoteles, donde había gente de

la Arena, había presenciado el intento de espionaje de Hayate y se había

lanzado sobre él gritando “¡ladrón!” a todo pulmón, arruinando cualquier

intento de espionaje.

Del otro lado, Kabuto se apresuró a huir y el ninja de la

Arena se asomó por la ventana para fingir inocencia, reclamando por el

alboroto.

El clon se apresuró a desaparecer antes de que los guardias

llegaran. Hayate salió por el otro lado maldiciendo el nombre de Naruto, pero

su tarea no fue en vano, ya que Hayate vio escapar a Kabuto y el Hokage

recibiría esa información.

Contento por el éxito de su plan, Naruto deshizo a sus otros

clones y volvió a dormir…

Naruto estaba frente a Kurama, que se encontraba en su jaula,

pero el sello estaba abierto y las puertas también.

—¿Qué sucede? —preguntó Naruto, ya que por lo general Kurama

solo le gruñía.

—¿Sabes qué es el modo sabio? —preguntó Kurama.

—Por supuesto, es el uso de la energía natural para ampliar

el poder. Es uno de mis principales objetivos en mi lista de cosas para volverme

más fuerte. También sé que Hashirama lo usaba y, combinado con su cuerpo, era

capaz de igualar a uno de ustedes en batalla —explicó Naruto.

—Sí, ese bastardo nos capturó a todos y luego nos regaló como

esclavos —gruñó Kurama—. Pero el modo sabio es una técnica muy peligrosa para

los humanos. Si no logras dominarla, te convertirás en piedra —advirtió Kurama.

—Ya lo sé, pero los sapos de la montaña tienen un método de

entrenamiento para el modo sabio. Una vez que lo domine, como tú puedes reunir

energía natural, puedes ayudarme a hacerlo. Luego, cuando me familiarice con el

proceso de absorción, desarrollaré mi propio método —dijo Naruto. Kabuto había

resuelto este problema usando células de un tipo que podía absorber energía

natural por sí mismo.

—Bueno, si estás dispuesto a aprender, no necesitas métodos

de entrenamiento. Yo puedo enseñarte, y si pierdes el control, puedo

absorberlo, porque el sello está abierto y nuestro chakra solo se mantiene

separado debido a nuestra voluntad —explicó Kurama. Naruto parpadeó y luego

tuvo un pequeño tic en el ojo.

—Kurama, ¡hace cinco meses que el sello está abierto! —gruñó

Naruto con indignación.

—¿Cómo iba yo a saber que querías aprender el senjutsu? Nunca

lo mencionaste —dijo Kurama con un bostezo despreocupado. Naruto hizo una

mueca.

—Empezaremos el entrenamiento mañana —dijo Naruto con un

suspiro de impotencia.

Al día siguiente, al atardecer, el Sannin Sapo se presentó en

su campo de entrenamiento. A diferencia de los meses anteriores, solo estaba Naruto

y su ejército de clones. Mil de ellos practicaban el modo sabio, quinientos se

enfocaban en taijutsu, otros quinientos en el control de chakra, y el resto en

lanzamiento con naturaleza del chakra. Naruto, como siempre, entrenaba su

cuerpo llevando pesas y una mochila llena de piedras. El Sannin Sapo corría a

su lado mientras él daba vueltas alrededor del ejército de clones.

—Naruto, ¿por qué no acudiste a nuestra cita? ¿No querías el

pergamino de los Sapos? —preguntó Jiraiya.

—Lo quería para practicar el modo sabio, pero Kurama ya me

está ayudando con eso, así que esperaré para hacerme más fuerte. Luego te

patearé el trasero y tomaré el pergamino por la fuerza —explicó Naruto con

sinceridad, sin dejar de correr. Para él, que Jiraiya tuviera el pergamino de

los sapos era una vergüenza.

A Naruto le agradaban los sapos y definitivamente no quería estar

relacionado con las serpientes o la babosa. Él borraría cualquier indicio de

que Jiraiya hubiera tocado ese pergamino. Jiraiya lo miró indignado.

—Mocoso, soy uno de los tres legendarios Sannin, al mismo

nivel que Tsunade. Deberías tener más respeto por mí —dijo Jiraiya. Naruto lo

miró de arriba abajo. La vida de este tipo era un fracaso.

Jiraiya había sido el payaso de su grupo, siempre superado

por el genio de Orochimaru y la princesa Tsunade, nieta del primero y una genio

en su propio campo. Además, su actitud irresponsable y su conducta lasciva

hicieron que Tsunade, de quien Jiraiya estaba enamorado, lo mirara mal. Él

tampoco era lo suficientemente fuerte y Tsunade tuvo que forzar sus capacidades

médicas al límite y usar su poder para salvarles la vida a él y a Orochimaru,

lo cual quizás, provocó un envejecimiento prematuro en ella.

Al final, Jiraiya no pudo evitar que Orochimaru abandonara la

aldea. Él no era lo suficientemente capaz ni pudo hacer nada para satisfacer el

hambre de conocimiento que llevó a Orochimaru por el mal camino.

Antes de eso, Jiraiya también entrenó a Pain, quien en ese

entonces era Nagato, con la esperanza de traer paz al mundo. Sin embargo,

Nagato se convirtió en otro instrumento de guerra…

En realidad, él ya era un instrumento de guerra cuando

Jiraiya lo conoció, y al final, también acabó con su vida. Ahora la misión de

Jiraiya era obtener información para el Tercer Hokage y asegurar la protección

de Konoha, pero su trabajo era una mierda, porque justo en este momento Konoha

estaba a punto de ser atacada y él ni siquiera estaría allí. Lo peor de todo

era que Orochimaru sería quien llevaría a cabo este ataque.

Después de reflexionar sobre todo esto, Naruto llegó a la

conclusión de que la vida de Jiraiya era un completo fracaso. Todo le salió mal

y su última oportunidad era él, pero también falló en eso porque Naruto ya no

lo necesitaba. Jiraiya era digno de lástima.

—Mocoso, ¿por qué me miras así? —preguntó Jiraiya, y Naruto

suspiró con pesar.

—Sannin Sapo, sé que necesitas algo de lo que puedas sentirte

orgulloso. Solo di que eres mi maestro, no lo negaré. No tienes la culpa de

tener tan mala suerte en la vida —dijo Naruto negando con la cabeza con

tristeza mientras continuaba corriendo.

Jiraiya no lo siguió, simplemente se quedó atrás, mirándolo

aturdido.

—¡Mocoso! ¡Eres realmente arrogante! —reprendió Jiraiya un

minuto después, al salir de su aturdimiento. Su grito debería haberse escuchado

a un kilómetro de distancia, y el par de ANBU que lo vigilaban desde los

alrededores de los árboles estaban sorprendidos.

—¿Crees que cargar pesas en tu espalda y hacer ejercicios sin

ningún orden te dará buenos resultados? Mocoso, pude ver durante nuestro

combate que apenas tienes idea de lo que estás haciendo, y ahora entiendo por

qué. Apuesto a que ninguno de tus profesores ha tenido algo que ver con tu

rutina de entrenamiento físico. De hecho, parece que simplemente leíste el

contenido de un libro y ahora lo estás poniendo en práctica —espetó Jiraiya, y

Naruto se alarmó un poco.

Jiraiya había acertado, todo lo que hacía era practicar la

teoría que había aprendido, ya que solo tenía un maestro para los jutsus

médicos.

Kakashi no los entrenaba. A regañadientes, le había enseñado

algunas teorías y un modelo de taijutsu. Antes, debido a sus resultados, Naruto

pensaba que lo estaba haciendo bien, pero después de escuchar al Sannin Sapo,

comenzó a dudar.

En otro mundo, incluso para hacer ejercicio en un gimnasio,

si se deseaban buenos resultados, se requería un entrenador. Cuanto mejor fuera

el entrenador, mejores serían los resultados. Lo mismo ocurría en los deportes

de contacto; aunque se tuviera talento, se necesitaba un entrenador.

Naruto detuvo su carrera. El Sannin Sapo se apresuró a correr

hacia él y al ver que sus palabras fueron efectivas, se paró orgulloso a su

lado con los brazos cruzados.

—Mocoso, soy una persona muy ocupada, pero si te postras y me

pides que sea tu maestro…

—Viajaré en busca de Tsunade —dijo Naruto pasando junto a él

e insinuando que se iba.

—¡Espera! —gritó el Sannin Sapo con desesperación en la voz,

mientras le ponía las garras en los hombros—. Mocoso, Tsunade es una ninja

médico, no es apropiada para enseñarte cómo entrenar tu cuerpo, habilidades de

taijutsu y otros jutsus. Si quieres un maestro adecuado en esta área, debes

elegirme a mí. Además, antes solo bromeaba, solo debes seguir el protocolo

estándar y hacer una reverencia —dijo el Sannin Sapo.

Naruto frunció el ceño nuevamente. Él sabía que el Sannin

Sapo mentía acerca de Tsunade, ya que ella era una experta en taijutsu, pero su

fuerza no se debía solo a su cuerpo, sino a su control del chakra. Era probable

que ella realmente no supiera el método más eficiente para entrenar el cuerpo y

hacerlo más fuerte en el menor tiempo posible.

Naruto se dio media vuelta y miró al Sannin Sapo de arriba

abajo, mientras este se tensaba. Él quería comprobar si Tsunade realmente no

podía entrenarlo, pero ella estaba muy lejos y necesitaba aumentar su fuerza

rápidamente. Naruto hizo una mueca, pero finalmente se resignó.

—Sannin Sapo, si no veo resultados en un mes, estás despedido

—advirtió Naruto y realizó una reverencia, juntando sus manos en posición de

oración para mostrar respeto—. Sannin Sapo, por favor, sé mi maestro —dijo

Naruto.

—¡Hecho! Ahora deja de llamarme Sannin Sapo, o te llamaré

discípulo Sapo —advirtió el Sannin Sapo. Naruto hizo una mueca.

—De acuerdo, te llamaré por tu nombre real —dijo Naruto con

un suspiro, y Jiraiya asintió—. Sabio Pervertido —dijo Naruto, y la cara de

Jiraiya se puso roja de furia.

—¡Mocoso! —reprendió Jiraiya.

—¡No hay negociación en esto, solo dejaré de llamarte Sabio

Pervertido cuando dejes de comportarte como uno! —reprendió Naruto.

—¡Bien! ¡Yo también te llamaré mocoso hasta que dejes de ser

un mocoso! —replicó Jiraiya, y ambos asintieron con determinación.

—Bien, ahora corre. Tu forma física es muy buena, pero tus

músculos están mal entrenados y falta equilibrio. Un ninja necesita más

movimientos que simplemente correr —dijo Jiraiya, golpeando el suelo con su

mano derecha, y a su alrededor se formaron pilares de piedra—. Salta entre

estos pilares de piedra. Tus músculos para hacerlo están atrofiados. No olvides

controlar tu fuerza; no debes romper los pilares al chocar con ellos. La

contención también debe ser parte de tu entrenamiento, porque no limitar tu fuerza

también te hará débil —añadió Jiraiya y creó dos clones que se dirigieron hacia

donde estaban entrenando los clones para darles consejos.

Naruto pensó que lo que Jiraiya decía tenía sentido, por lo

que corrió para saltar entre los pilares.

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