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Chapter 45 - Capitulo 41

— Bueno, veo que están despiertos. —Dije mientras salía de mi portal.

— ¿Qué tal si vamos a ver la ciudad? —añadí, dándome la vuelta para comenzar a caminar, seguido por los demás.

— Bueno, es una ciudad pequeña, así que lo mejor será separarnos.

Merlín señaló ante mi sugerencia.

— Pero yo soy el Siervo de mi Maestro. ¿Quién lo protegerá si sucede algo? —preguntó Mash, con preocupación.

—Yo lo haré. Acérquense todos y estiren su mano derecha.

Cuando lo hicieron, coloqué un sello en sus manos .

— ¿Qué es esto? —preguntó Fujimaru, observando el símbolo con curiosidad.

— Es un sello de teletransporte. Si ocurre algo, el sello me avisará, y podrá transportarme rápidamente hacia la persona en peligro.

—Muy interesante. —dijo Merlín, examinando el sello con interés.

— Bueno, empecemos.

Así, cada uno tomó un rumbo distinto.

"Hmm... algo en esta ciudad se siente extraño." —pensé mientras entraba en una de las casas en busca de la tablilla.

— Otra casa vacía... —murmuré con fastidio.

Entonces, una idea cruzó por mi mente, y una vena se marcó en mi sien mientras hablaba en voz alta.

— ¡Dios! ¿No podía Gilgamesh simplemente llevarse la tablilla en lugar de escribirla y dejarla tirada por ahí? ¡Coño! Si ya viste el futuro, llévatela contigo , ¡te va a ser útil! ¡No la llantas en ningún lado!

Resoplé con frustración mientras continuaba con mi búsqueda.

Justo entonces, sentí que la presencia de Fujimaru desaparecía . Sin perder un segundo, me teletransporté hasta su ubicación, apareciendo en el interior de una cueva oscura y silenciosa .

— ¡Oye! ¿Estás bien? —pregunté mientras colocaba una mano sobre su hombro.

Fujimaru dio un gran salto y soltó un grito agudo , lo que me hizo reír con ganas.

— Tranquilo, no te preocupes. Yo te protegeré. —dije, dándole una palmada en el hombro.

Sin embargo, en ese momento, una presencia inquietante se hizo notar a nuestras espaldas. Nos giramos rápidamente , solo para encontrarnos con un grupo de figuras encapuchadas . Sus cuerpos parecían estar al borde de la evaluación , con piel pálida y ojos hundidos.

— ¿Están vivos...? —murmuró una de las figuras con voz áspera.— ¿Qué hace un vivo aquí? En el Infierno no deberían existir personas vivas...

— ¿El Infierno...? —repitió Fujimaru, asombrado y claramente asustado.

Los encapuchados comenzaron a murmurar entre ellos , su tono volviéndose cada vez más hostil y acusador .

— Nosotros morimos sin honor, sin oraciones… — ¡Ustedes han venido a burlarse de nuestro sufrimiento, ¿verdad?! — ¡Si han venido con ese propósito, entonces también morirán aquí!

Fujimaru intentó responder.

— ¡No es...!

Pero antes de que pudiera terminar su frase, los encapuchados se lanzaron contra nosotros con intenciones asesinas.

¡Zzzzz!

Una barrera invisible se activó automáticamente a mi alrededor, impidiendo que cualquiera de ellos se acercara. Se estrellaron contra ella como si hubieran golpeado una pared indestructible .

— ¡Esperan! —exclamó de repente una voz más serena .

Al mirar hacia el fondo de la cueva, distinguimos a un hombre encapuchado que sostenía un bastón . Sus ropas eran diferentes, más ornamentadas, y su presencia parecía imponer respeto entre los demás.

— Ellos aún están vivos. Matarlos solo traería la furia de sus amos.

Los demás se detuvieron de inmediato .

— Sellen las siete puertas y reanuden la vigilancia de las jaulas del alma.

Tan pronto como pronunció esas palabras, un fuerte viento azotó la cueva , y todas las figuras desaparecieron en el aire , disipándose como si nunca hubieran estado allí.

El hombre misterioso volvió su mirada hacia nosotros.

— No culpen a las almas. Su intromisión en el Inframundo mientras aún están vivos es el verdadero problema.

— Lo sentimos. —se apresuró a decir Fujimaru con una leve inclinación de cabeza.

El encapuchado suena levemente .

— Pero te debo un favor, así que te ayudaré.

De repente, una luz brillante envolvió a Fujimaru. Poco a poco, su cuerpo comenzó a desvanecerse , como si una fuerza invisible lo estuviera extrayendo del Inframundo.

— ¿Cuál es tu nombre? —preguntó Fujimaru antes de desaparecer.

—Mi nombre es Ziusudra.

Y con esa respuesta, Fujimaru desapareció completamente .

Me incliné levemente en señal de respeto.

—Gracias por ayudarme.

El hombre no respondió , simplemente miró en silencio.

— Bueno, creo que yo también debería irme. —dije mientras activaba mi Rinne-Sharingan y abría un portal frente a mí.

Antes de atravesarlo, volvió la mirada hacia Ziusudra, quien seguía observándome con una expresión enigmática .

— No se preocupen, él estará bien.

Dicho esto, cruzó el portal, emergiendo justo al lado del cuerpo inconsciente de Fujimaru en el mundo real.

Mash, con lágrimas en los ojos, me miró con preocupación.

— ¿Qué sucedió?

—Fujimaru fue teletransportado al Inframundo , pero tan pronto como lo sentí, me transporté hacia él y lo ayudé hasta que alguien intervino y lo sacó de allí.

Mash dejó escapar un suspiro de alivio , limpiando sus lágrimas con la manga.

— Menos mal que fuiste a ayudar... —dijo con una expresión mucho menos preocupada.

Aproveché el momento para señalar a Fujimaru, que comenzaba a despertar lentamente .

— Pero hablando del rey de Roma... Mira quién ha vuelto en sí.

Extendí la mano para ayudarle a levantarse. Fujimaru parpadeó varias veces, aún algo desorientado, y entonces notamos que sostenía algo con fuerza en su mano .

— Fujimaru… eso a lo que te aferras… ¿no será la tablilla? —preguntó Merlín , inclinando la cabeza con curiosidad.

— ¿Ehhh? ¿¡Quéeeee!? —gritó Fujimaru, sorprendido al abrir la mano y ver la tablilla en su palma.

Me crucé de brazos, reflexionando en voz alta.

— Así que esa persona era Ziusudra... Bueno, quizás no era el verdadero, pero al menos se hacía pasar por él.

Merlín frunció el ceño, pensativo.

— Si el Inframundo está bien, como dijo él, eso significa que… las tres diosas que vi a través de la clarividencia son…

Sin embargo, antes de que pudiera terminar su frase, Romani interrumpió con un grito urgente .

— ¡Una gran energía se acerca rápidamente!

Sin perder tiempo, levante una cúpula de viento para bloquear el ataque repentino que nos lanzó desde el cielo.

¡AUGE!

Cuando el polvo se disipó, una figura flotaba sobre nosotros con un aire de superioridad.

— ¡Os encontré! Parece que interrogaron a los rancheros sobre mí.

Desde el cielo, Ishtar nos miraba con una sonrisa arrogante.

— ¿Husmeando sobre lo que hace una diosa en su tiempo libre? Eso es muy insensible.

— Parece que hay algo que quieres ocultar… Tal vez el hecho de que descubrimos que eres una ladrona de gemas. —comentó Merlín con tono burlón.

Ishtar chasqueó la lengua y cruzó los brazos.

— ¡No es así! Además, nunca he atacado a humanos por dinero ni nada parecido.

—Pero las gemas… —insistió Merlín .

— ¡Las gemas fueron una compensación por haberlos ayudado con las bestias demoníacas!

— ¿Y si los salvaras gratuitamente? —pregunté con una sonrisa.

— Si los salvara gratis, solo se volverían a corromper.

— Entonces quieres decir que los salvarías sin pedir nada a cambio… Qué diosa más amable.

[Relación con Ishtar +10] [40/100]

Ishtar se sonrojó levemente antes de sacudir la cabeza y apuntarnos con su arco.

— ¡No traten de engañarme! Merecen un castigo por hacerme parecer tonta dos veces…

Su tono se tornó peligroso.

— Y tomaré ese tesoro en sus manos como compensación.

Con esas palabras, disparó un nuevo ataque en nuestra dirección .

Fujimaru esquivó el ataque de Ishtar con una mueca de incredulidad.

— Realmente es una ladrona...

Ishtar aterrizó con gracia y señaló a Fujimaru con una sonrisa arrogante.

— No tendré piedad. No te quedará nada.

Dicho esto, se lanzó hacia él con una patada en voltereta . Sin embargo, Mash reaccionó a tiempo y bloqueó el golpe con su escudo.

Aprovechando el impulso, Ishtar encadenó una serie de patatas , buscando desestabilizar a Mash. Finalmente, conectó un golpe directo que la mandó volando varios metros atrás .

Sin perder tiempo, la diosa intentó atacar a Fujimaru, pero Merlín intervino , golpeando el suelo con su bastón. El impacto levantó una ráfaga de viento y polvo, obligando a Ishtar a esquivar en el aire.

En ese momento, Ana apareció detrás de ella y lanzó un tajazo con su guadaña , buscando su espalda. Ishtar apenas logró esquivar el ataque y se elevó rápidamente en el cielo .

Merlín chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

— ¡Volar es trampa!

Ishtar ignoró su queja y comenzó a reunir una gran cantidad de energía en su arco. Sin embargo, antes de disparar, su cuerpo se paralizó en el aire .

Fujimaru vio la escena con sorpresa.

— ¿Qué…? ¿Se quedó quieta de repente?

Pocos segundos después, cuando la luz del sol volvió a tocarla, Ishtar recuperó la movilidad .

Fujimaru aprovechó el momento para adelantarse y plantarse frente a ella con determinación.

—Yo me enfrentaré a ti.

Ishtar parpadeó, visiblemente confundida.

— ¿Eh? —Luego alarmante con burla—. Ese valor tuyo es casi un insulto… pero si así lo quieres, lo haré.

Dicho esto, invocó una pequeña arma mágica en su brazo y se lanzó contra Fujimaru.

Sin embargo, Ana reaccionó a tiempo, envolviendo el pie de Ishtar con sus cadenas y, con una poderosa patada, la estrelló contra el suelo .

El impacto levantó una gran cortina de polvo. Pero, sorprendentemente, Ishtar quedó inconsciente en el momento en que la luz del sol dejó de alcanzarla .

Observaré la escena y murmuré para mí mismo:

— Parece que el sol tiene algún efecto en ella…

Sin perder tiempo, me acerqué a Ishtar, la tomé en brazos y la llevé a una casa cercana. Los demás me siguieron, listos para interrogarla.

Dentro, la senté en una silla y usé mi poder sobre la madera para que el poste en su espalda se adapte y la sujetara , mientras que sus pies quedaron atrapados por la estructura de la silla.

Me crucé de brazos y suspiré.

— Bueno… ahora solo queda esperar a que despierte.

Salto de tiempo – 30 minutos después…

La noche había caído cuando finalmente Ishtar abrió los ojos .

— Oh… ya es de noche. —Parpadeó, algo desorientada, y luego notó su situación—. ¿Eh? Estoy atada…

Miró a su alrededor con el ceño fruncido.

—¿Y ustedes quiénes son?

—Soy Luciano. Él es Fujimaru, él es Merlín, ella es Mash y ella es Ana.

Ishtar nos observó con el ceño fruncido.

— Sepan que no van a salirse con la suya.

Ana, sin decir una palabra, deslizó el filo de su guadaña hasta dejarlo peligrosamente cerca de su cuello. La diosa se tensó por un instante , pero luego suspir con resignación.

— Solo queremos que nos respondan algunas preguntas sobre la alianza de las Tres Diosas.

Ishtar ladeó la cabeza y sonriendo con diversión.

— ¿Así que era eso? Bueno, responderé lo que pueda.

Fujimaru dio un paso adelante.

—¿Por qué atacan a Uruk?

— Es una competencia entre las tres. —respondió sin rodeos—. La primera que destruya a Uruk y reclame el Santo Grial de Gilgamesh podrá gobernar estas tierras. Sencillo, ¿verdad?

Mash apretó los puños con preocupación.

— ¿Cuáles son los nombres de las otras dos diosas?

— No puedo responder.

Fruncí el Ceño.

— ¿Por qué?

— Hicimos un pacto de no agresión. Incluso bajo peligro de muerte, no podemos revelar la identidad de los demás.

— Bueno, entonces lo mejor será que nos rindamos con los nombres reales. —dije con calma.

Todos me miraron sorprendidos.

— ¿Qué? —exclamó Fujimaru.

— Es lo mismo que si revelara información nuestra sin permiso.

Ishtar sorprendida con satisfacción.

—Buena respuesta. Me gustan los humanos nobles.

Le devolví la sonrisa con confianza.

— No soy humano, pero como el halago viene de ti, lo aceptaré.

Sorprendida, Ishtar desvió la mirada con un leve sonrojo .

[Relación con Ishtar +10] [50/100]

Merlín chasqueó la lengua con fingida frustración.

— ¿Hay algo que este hombre no haga mal? —dijo con un tono teatral.

Su comentario hizo que todos estuviéramos riendo en cuestión de segundos , incluso Ishtar.

Bueno, creo que lo mejor será decirles que yo fui invocado en el templo de Uruk, mientras que las otras fueron invocadas por el Santo Grial.

Ishtar suspir y luego alz la mirada hacia el cielo nocturno.

— Deben saber que estamos en lo profundo de la noche… deberían mirar a su alrededor.

Siguiendo su consejo, observamos los alrededores y nos dimos cuenta de que una gran cantidad de esqueletos se acercaba lentamente .

—Bueno , debemos marcharnos. —dijo Merlín con calma.

Sin perder tiempo, todos comenzaron a moverse. Mientras tanto, me acerqué a Ishtar y deshice sus ataduras.

— Eh… ¿qué haces? —preguntó sorprendida.

— Tú proteges a las personas de Uruk, no puedo dejarte atrás. —Le dedicó una sonrisa confiada—. Además, no me gusta dejar a una bella dama rodeada de esqueletos.

[Relación con Ishtar +10] [60/100]

Dicho esto, salí corriendo después de liberar las enredaderas que la sujetaban.

Rápidamente , conjuré dos pequeñas llamadas con mi elemento fuego, eliminando a varios esqueletos y despejando el camino .

— ¡Chicos, abrirán un camino! Salgan cuando esté listo.

Ellos asintieron sin dudarlo, preparándose para moverse. Pero de repente, varios disparos de Ishtar impactaron contra los esqueletos, destruyendo a muchos en un solo instante .

Aprovechando la oportunidad, los demás se retiraron de inmediato .

—Gracias por la ayuda. —le dije mientras corría a gran velocidad para alcanzar al grupo.

A mis espaldas, Ishtar se quedó observándome en silencio, con una expresión de sorpresa .

— ¿Él… me agradeció?

Un leve susurro se escapó de sus labios mientras una sonrisa misteriosa se dibujaba en su rostro.

Entonces, en la oscuridad, algo cambió.

Sus ojos brillaron con un intenso tono rojo y su cabello adquirió un matiz dorado como el oro . Con una expresión maliciosa, una voz diferente, pero aún suya, resonó en la noche .

— Luciano… tal vez sea un sacrificio demasiado bueno para las otras diosas.

— Parece que te has despertado. —dijo Merlín, sentado tranquilamente en la mesa.

Fujimaru abrió los ojos con pesadez, tratando de procesar lo que acababa de experimentar.

— Estuviste dormido desde que leíste la tablilla que trajiste contigo. —añadí, observándolo con curiosidad.

Aún aturdido, Fujimaru murmuró con un tono serio:

—Lo vi a él…

Mash frunció el ceño, preocupada.

— ¿Él?

Fujimaru tomó aire antes de responder:

— Al Rey Mago, Salomón.

El ambiente en la habitación se tornó más tenso.

— No sé la historia completa… ¿podrías darme todos los detalles? —preguntó Merlín, interesado.

Fujimaru avanzó y comenzó a relatar lo sucedido.

— Así que os lo encontrasteis en Londres, y este os dijo que su objetivo es destruir todo.

Merlín suspir y se recarg en la silla.

—Un Gran Sirviente…

— ¿Como tú, Merlín? —pregunté.

—Así es. Un Servant normal es un soldado para la guerra, pero un Grand… son mucho más fuerte.

Mash bajó la mirada, comprendiendo la gravedad de la situación.

— Entonces… ¿no tenemos oportunidad actualmente?

Merlín negó con la cabeza.

— No. Pero por eso debemos obtener el último Grial.

Se hizo un breve silencio antes de que Merlín se pusiera de pie y hablara con determinación:

— Bueno, partimos.

— Eh, ¿por qué tanta prisa? —preguntó Fujimaru, sorprendido.

Lo miré con seriedad.

— Las bestias demoníacas lanzarán un ataque a gran escala contra el muro del norte.

Aprieta los puños.

— Hay muchas personas trabajando allí…

— Llevan mucho tiempo resistiendo en ese frente. —comentó Merlín, pensativo.

Un soldado se acercó y habló con voz firme.

— Señor, estamos listos para abrir la puerta.

— Adelante.

Al instante, la gran puerta de la muralla comenzó a abrirse, revelando el campo de batalla. Sin embargo, antes de que pudiéramos reaccionar, cuatro bestias demoníacas irrumpieron violentamente dentro.

Sin perder tiempo, envolví a las criaturas con mi elemento viento, elevándolas en el aire e inmovilizándolas.

Pero apenas las había capturado, dos bestias más emergieron de la segunda oleada , avanzando con ferocidad. Los soldados y el propio Leónidas las enfrentaron sin dudarlo, logrando abatirlas con gran esfuerzo.

Entonces, llegó una tercera oleada . Esta vez, la amenaza fue aniquilada instantáneamente por el poderoso disparo del arma Dignir , que iluminó el campo de batalla con su letal destello.

Aprovechando la oportunidad, cerré el puño, aumentando la presión del viento sobre las bestias atrapadas. En cuestión de segundos, sus cuerpos explotan en el aire, destruidos por la fuerza de mi técnica.

Fujimaru, aún impresionado por la potencia del ataque, murmuró con asombro:

— Increíble…

Sus ojos reflejaban la luz de Dignir mientras contemplaba el arma con admiración.

— Dignir es un arma que dispara los tesoros de Gilgamesh. —explicó Leónidas con orgullo.

— El rey me dijo: "¿Y si logramos la victoria con la fuerza reunida de los humanos?" —continuó Leónidas, cruzándose de brazos.

Merlín ascendió, comprendiendo.

— Entiendo... El nombre significa "reconocimiento humano para deificarlo". Es típico de él.

Leónidas sonando con determinación.

— Es un símbolo de la fuerza humana alzándose contra los dioses.

Luego, se acercó a Fujimaru, evaluándolo con la mirada antes de levantarlo con una sola mano y palpar sus músculos.

—Te falta entrenamiento. —declaró con firmeza.

Fujimaru parpadeó, sorprendido.

— No digo que tengas que volverte como yo, pero aquí tienes uno de estos ladrillos. Apílalos.

Mash observó la escena, y Leónidas se giró hacia ella.

— Mash-dono también entrenará. Así que ambos, ¡a empezar!

Anochece... 

Nos encontrábamos reunidos alrededor de una fogata, cenando tras el arduo entrenamiento. Iwakamaru y su compañero también estaban allí, compartiendo la comida.

Leónidas, por su parte, disfrutaba de un trozo de queso y un vaso de leche. En un gesto hospitalario, ofreció lo mismo a Fujimaru y Mash.

— ¿Cuál es la situación de la guerra? —preguntó Merlín, bebiendo tranquilamente.

Iwakamaru tomó un sorbo de agua antes de responder:

— Más allá de este muro se encuentra un fuerte llamado Nippur. Aún hay personas atrapadas allí.

Mash frunció el ceño.

— ¿No podemos rescatarlos a todos a la vez?

Iwakamaru negoció con la cabeza.

— Hemos priorizado salvar primero a las mujeres y los niños, utilizando la noche para traerlos sin ser detectados.

Fujimaru apretó los puños.

— Entonces… ¿por eso nos trajeron?

—Sí . Si aún quedan ciudadanos con vida, debemos salvarlos. Para ello, lanzaremos un ataque masivo.**

— ¡Hagámoslo! —exclamó Fujimaru con determinación—. Si hay siquiera una posibilidad de salvarlos, debemos intentarlo.

Merlín, sin embargo, dirigió su atención hacia Ana, que se mantenía en silencio, sentada apartada del grupo.

—Te veo un poco rara, Ana.

Ella no lo miró, simplemente murmuró:

—Solo… siento el viento.

Merlín entrecerró los ojos y se acercó un poco más.

—O… ¿tienes miedo de que ellos descubran lo que realmente eres?

Ana tensó los hombros, pero no respondió.

—Miedo de que Luciano, quien te considera una hermana, te rechace al descubrir que no eres humana…

Ella apretó los labios con fuerza.

—Pero debes saber algo.

Merlín sonrió con melancolía, mirando hacia el cielo estrellado.

—Yo tampoco soy humano.

Ana levantó la mirada, sorprendida.

—Me alimento de los sueños de los humanos para comprender sus emociones.

Una brisa suave pasó entre ambos, removiendo levemente sus cabellos.

—Por lo tanto... —susurró Merlín— soy un Incubo.

—Yo tampoco me quedo atrás. —dije con una sonrisa mientras aparecía de pie en la muralla, cerca de ellos, observando la luna.

Mi repentina llegada sorprendió a ambos. No esperaban que pudiera moverme con tanta rapidez.

Suspiré antes de hablar:

—Al principio fui humano… pero ahora, al haberme convertido en un Dios Dragón Exterior, hay emociones que ya no puedo experimentar.

Ana y Merlín me miraron en silencio mientras continuaba:

—El miedo, el peligro, el dolor… Todas esas emociones que hacen a los humanos más fuertes, yo ya no puedo sentirlas.

Ana bajó la mirada, apretando sus manos. Me acerqué y, con suavidad, posé una mano sobre su cabeza, revolviendo ligeramente su cabello.

—Pero eso no es algo malo. Mientras seas tú misma, estará bien.

Ella me miró sorprendida, y yo sonreí con confianza.

—Además, no creo que ellos te rechacen. Son demasiado buenos para eso.

Ana pareció dudar por un instante, pero mi siguiente comentario la sacó de sus pensamientos:

—Y, a decir verdad, no me importa lo que seas. Después de todo, dudo que puedas ser peor que un dragón que, si se descontrola, podría destruir todo lo existente.

Dije esto último señalándome a mí mismo con una sonrisa burlona.

Ana parpadeó antes de soltar una pequeña risa y, sin previo aviso, se lanzó a abrazarme.

—Gracias… —murmuró.

Le devolví el gesto por un momento antes de separarnos.

—Creo que deberías irte a dormir. Mañana será un día largo.

Ella asintió y, aún con una leve sonrisa, se dirigió a su tienda para descansar.

Merlín me observó con curiosidad, apoyando una mano en su barbilla.

—Tienes práctica en estas cosas.

Me encogí de hombros.

—Cuando era humano, antes de mi muerte, tenía dos hermanos. Así que aprendí a lidiar con problemas emocionales desde joven.

Merlín asintió, como si hubiera confirmado una teoría en su mente, pero luego cambió de tema:

— Por cierto, Luciano… ¿y el pequeño Ala Muerte?

— Lo envié con sus familiares a su montaña. —respondí con seriedad—. Presiento que la batalla de mañana será demasiado peligrosa para él.

Merlín sonriendo con aprobación.

— Sabía que la decisión.

Di media vuelta, preparándome para irme.

— Bueno, nos vemos mañana, Merlín. Espero que descanses bien.

Sin esperar respuesta, salté desde la muralla, aterrizando en el suelo sin hacer el más mínimo ruido.

Continuará…

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