"ay dios… no puede ser tan horrible este sillón de tres cuerpos." Exclamó el joven de veinte años cuando desarmaba el mueble.
Aunque tenía madera de calidad, en algunas secciones utilizaba madera de cajón de manzanas, es decir, fino y fácilmente quebrantable.
Al pelar por completo el mueble, reemplazando las cinchas viejas con nuevas, cortó la goma espuma nueva que compro para cambiar la vieja que tenía.
Tomo las medidas de los apoya brazos, respaldar y demás, al terminar cortado con su tijera de acero, y con su máquina de coser industrial comenzó a unir las piezas.
Y así termino el día del joven de veinte años, después de bañarse y comer algo ligero que al menos esta vez fue sólido.
Al ponerse ropa cómoda, fue a su computadora y abrió su juego favorito de al menos desde que salió en 2016.
Total, war: Warhammer 3, cuando salió lo jugo durante días y noches seguidas, y como tenía trabajo constante y tenía un horario flexible lo pudo completar en semana debido a que jugaba con cada personaje, aunque solo por el lado del combate y demás en vez de su trasfondo, aunque tenía algunos conceptos bien explicados debido a historias de YouTube.
Sin embargo, esta vez era diferente, puso varios mods tanto cosméticos o de simples detalles, pero probó uno nuevo cuando lo vio, unía los universos de Age of Mythology y Warhammer, pero solo unidades, árbol tecnológico y demás, y los iba a probar este fin de semana.
Fue a la pantalla para elegir la facción y el héroe legendario, pero este mod tenía para elegir héroes preexistentes o crear uno nuevo que tenía los movimientos de otros héroes del juego.
Creo su personaje lo más parecido posible de sí mismo, una altura de un metro ochenta y dos o eso creía, ojos marrones, pelo marrón, piel pálida, casi nada de músculo, vestido de una toga azul y su color predominante azul y un estándar de un león.
Cuando le salió el aviso de crear partida, dio clic en aceptar.
Y en el instante siguiente vio toda oscuridad, con nerviosismo se movió, pero era tal la negra que si no fuera por el movimiento de su cuerpo no había sabido que puso su mano enfrente de rostro.
Él con fuerza parpadeó, y cuando los cerró con fuerza grandes destellos de luz comenzaron a aparecer, y cuando los abrió, vio cortinas blancas balanceadas por la brisa.
Sintió frío por unos instantes pensando que le dio fiebre, pero poco después se sintió bien, cuando quiso levantarse vio que estaba siendo retenido por las frazadas que lo cubrían, pieles de animales eran, se preguntó si eran de jabalíes o vacas.
Cuando se destapó, notó que no estaba vestido con su ropa cómoda sino una túnica simple de color azul profundo, cuando sus pies descalzos tocaron el suelo notó que era diferente.
Todo era diferente.
Era la primera vez que veía este material, era entre gris y blanco, y cuando reviso su lugar de descanso al parecer, vio pilares, pilares familiares como los de Grecia cuando construían, pilares de mármol, pero en vez de estar dividí en secciones parecían de una sola pieza.
Y cuando revisó atento al lugar, vio a un soldado que por primera vez reconoció al instante, un hoplita, pero al parecer era de una edad avanzada.
Una armadura dorada y armas doradas, su cresta y su escudo tenían colores azules fuertes y su escudo tenía dibujado un león.
"¡Mi señor!" Grito el hoplita con sorpresa, dejó su lanza y escudo en el suelo y fue como ayudarle a mantenerse parado.
"mi señor, por favor avise cuando salga de su lecho". Dijo con preocupación como si estuviera asustado y cuando notó el estado exclamó con sorpresa.
"sus heridas… mí señor sus heridas desaparecieron."
El soldado vio que la herida en la parte posterior en su cabeza estaba curada y cerrada, incluso el pelo comenzó a crecer visiblemente.
"¿Qué me sucedió?" pregunto con confusión el muchacho.
"mi señor Arkon, usted estaba entrenando conmigo cuando se tropezó y se golpeó la parte posterior de su cabeza y se la abrió, desde entonces no volvió a despertarse." Dijo con culpa el hombre fornido.
"pero ahora estoy bien ¿No?" dijo Arkon calmando al hombre.
"Si, pero… discúlpeme señor, si no lo hubiera entrenando hasta al cansancio usted estaría allí". Dijo con pesar.
"¿Allí? ¿Dónde está allí? dijo con extrañeza.
El hombre al escuchar esto, solo sintió tristeza por el joven muchacho de apenas quince años, le pidió que se pusiera sus sandalias y su sombrero contra el sol.
El hoplita dorado lo guio por la humilde pero hermosa por su material como el mármol de la aldea de Eunomia Nova.
Todos los soldados que Arkon reconocieron como toxotes, hoplitas e hipaspistas, todos cuando lo vieron hicieron un saludo militar dependiendo de su rama militar.
El hoplita lo guiaba por la aldea hermosa hasta que llegaron a un campo santo, caminaron entre las tumbas y vio dos tumbas juntas.
"sus padres mí señor, fallecieron por una epidemia que atacó a Eunomia Nova, pero usted estaba alejado de los enfermos, por suerte era muy poca contagiosa pero muy mortal." Dijo con seriedad y expresión estoica.
"ahora yo estoy a cargo de la aldea ¿No?" pregunto Arkon mirando con calma las tumbas de estos dos supuestos progenitores.
"Si mí señor, usted pida y se le dará". Dijo el hoplita.
"¿Cuál es su nombre?" dijo Arkon mirándolo con sus ojos marrones.
"Philitos mi señor". Dijo el soldado.
"Philitos... soy Arkon, un gusto". Dijo con expresión en blanco.
"Un gusto mí señor ¿Cuáles serán sus órdenes mí rey?" pregunto el soldado.
Y cuando Arkon quería responder, su cintura en la parte posterior estaba cálida y extrañado se palpó la zona y descubrió una especie de rollo.
Al ponerlo a su vista, era un pergamino de cuero, hizo una expresión de confusión y cuando miró a Philitos vio que quedó como piedra, al notar esto vio la zona.
La pequeña brisa se detuvo, las nubes, la hierba dorada del yermo en donde vivían, los casi inexistentes pájaros se estancaron en su vuelo.
Pero sus oídos captaron susurros en el rollo, él lo abrió curioso, pero con el ceño fruncido, imágenes, palabras e incluso signos de porcentaje aparecían y desaparecían entre sí.
Poco después todo se acomodó, y cuando finalmente era legible notó algo que lo dejo muy impactado.
Casas, templos, academias, establos, fortalezas, herrerías, mercados.
Eso sería normal si no fuera que conectar los puntos durante la caminata hasta el campo santo, y este rollo de cuero fue la última pieza del rompecabezas.
"Estoy en Warhammer… y mi pueblo son los griegos…" exclamó Arkon.
Se sentó y su espalda reposaba en las lapidas de los padres de este cuerpo.
Después de mirar el vacío por unos instantes, suspiro ruidosamente, pero ahora solo le quedaba la opción de aceptarlo.
Abró el rollo con decisión y vio los edificios disponibles con sus recursos como comida, madera, oro y favor divino que estaba bloqueado.
Estaban las casas, almacenes, templo, cuarteles, torres de vigilancia y muro de madera.
Este al apretar el icono de la casa, la tinta comenzó a moverse y formar un mapa de la aldea de Eunomia Nova.
Vio que todo está asimétrico e incluso caótico, y registrando los asedios dentro de ciudades del último juego de total war, reformó la aldea para que sea simétrica y ordenando, e incluso creando pequeñas plazas cerradas.
Creo más casas para tener más población, pero al debajo de la imagen de la casa apareció una descripción.
Cuando colocó las casas, estás por sí solas crearon decoración relacionada con Grecia, a la vez que hombres, mujeres, niños y jóvenes comenzaron a poblar la aldea.
Retrocedió del mapa de construcción y toco el templo, aunque esté no veneraban a ningún dios sino a… Arkon.
Mostraba un cuerpo perfecto y adornado con una armadura y una capa y en su cabeza lo único que tenía era una corona de laureles.
Y como la casa, debajo apareció una descripción.
Después de colocarlo cerca del centro urbano que también tenía una estatua de Víctor Securis o Arkon, volvió a retroceder en el rollo de cuero.
Tocó el cuartel militar o la academia militar, dentro de esto se veía a varios pares de soldados como hoplitas o hipaspistas entrenándose entre sí.
Decidió crear cuatro de estos mirándose entre sí creando una especial de plaza militar para entrenar.
Creó variar torres de vigilancia rodeando a Eunomia Nova y creando una muralla de madera, y debajo de todo el rollo de cuero, vio un círculo y dentro de este había el logo del león.
Arkon pensó que esto sería la confirmación de sus órdenes, y antes de que pudiera entender lo que pasó, escucho a Philitos decir que se hará y él se fue.
Arkon teniendo en cuenta que está en Warhammer Fantasy y sin saber dónde exactamente en donde está ya que siempre elegía ubicación aleatoria para más dificultad.
Al ver un hoplita simple con una armadura que solo cubría su torso y espalda y una lanza simple le hablo, le dijo que llamara a los kataskopos.
El hombre rápidamente fue a buscarlos, mientras tanto Arkon abrió el rollo y vio que este mostraba a Eunomia Nova por completo e incluso los recursos más cercanos como madera y oro, pero lo que más se complicaba era la comida, esto hizo que frunciera el ceño pensando cómo podía arreglar ese asunto.
Observa desde el campo santo las tierras que rodeaban su ciudad en proceso.
Un yermo de color dorado, era tierra seca, pero al menos podía ver el río desde aquí, podía construir un muelle, pero no estaría conectado a la ciudad, debería protegerlo para conseguir comida.
"Si tan solo tuviera el poder del señuelo…" dijo en voz alta.
Pero al ver el rollo capaz podría descubrir los poderes divinos de los dioses, pero no apareció ninguno excepto a Víctor Securis y al apretar su retrato vio algo increíble.
Todos los poderes divinos de los dioses tanto mayores como menores aparecieron, pero estos se desbloquearán cuando terminen de construir el templo, pero vio algo al lado del retrato de este dios.
Pareciera el poder de la fiebre del oro de los egipcios, pero estaba relacionado con la construcción, y al ver el tiempo estimado del rollo de cincuenta días, solo lo presionado sin dudar.
El cielo sobre Eunomia Nova, comenzó a deslumbrar sobre sus ciudadanos y edificios, y estos con gran energía y sentir hambre o sed comenzó a trabajar mucho más rápido.
El tiempo de construcción se vio reducido de forma notable a tan solo una semana, los últimos en ser construidos fueron los cuarteles.
Por ahora eso sería suficiente, cuando aumente el ejército los pondría de guardia cuando sus ciudadanos vayan a recolectar recursos y en la construcción del muelle.
Arkon siguió investigando el rollo de piel y noto algo bastante molesto, era el avance de edad, requería sus edificios correspondientes, pero había algo más, seguía el sistema de mejora de Warhammer, el excedente de población.
Debería tener al menos tres mil ciudadanos y un templo para avanzar de edad y esto fue lo mismo para el árbol tecnológico, debería esperar días y noches para que la tecnología se complete y tenga efecto inmediato.
El guardó el rollo de piel y cruzo los brazos y puso una mano en su mentón pensando con el ceño un poco fruncido.
Pero sus pensamientos fueron perturbados por el choque del metal contra el suelo de los kataskopos.
Caballos de diferentes colores, pero bien alimentados, sanos y fuertes, sus jinetes no llegaban armaduras sino túnicas del color de Eunomia Nova y una espada, priorizaron la velocidad que la fuerza.
"Mi señor, diga sus órdenes." Dijo el líder de los kataskopos.
"Dime la situación de estas tierras". Dijo Arkon.
Y el hombre respondió de forma concisa.
"nos rodean los pieles verdes señor, karak ocho picos está ocupado por goblins, hay presencia de skavens, hay enanos en las montañas y al noroeste está el imperio."
"¿Quién está más cerca de nosotros?" preguntó con expresión oscura al escuchar eso.
"al centro de la provincia, al sur y otra muy al sur y el noroeste hay orkos señor, cuatro asentamientos orkos en total mí señor." Respondió con pesadez el jefe explorador.
"¿Cuánto hombre hay para el combate?" pregunto Arkon.
"Hay un regimiento de 120 toxotes, un regimiento de hoplitas y dos regimientos de hispapista, y los veinte soldados de élite entrenados por Philitos mi señor" respondió con rapidez.
"Está bien, sigan explorando el terreno, cualquier novedad vengan con rapidez, sea un ataque enemigo o un ejército acercándose a nuestras tierras". Después de decir eso, los kataskopos de fueron de la ciudad que estaba siendo renovada.
"Mi señor". Dijo alguien de la nada a espaldas de Arkon, al darse vuelta con calma, pero por dentro se asustó profundamente.
Eran varios ancianos, pero no viejos y decrépitos, sino hombres con melena gris, pero con músculos visibles y manos callosas, dando antiguo testimonio de que fueron soldados o ese tipo de índole.
"Sí, ancianos ¿Qué necesitan de mí?" Me pregunto amablemente Arkon con expresión blanca, pero de buena voluntad.
"Mí señor Arkon, usted ya no es el príncipe de esta aldea, ya no, usted es nuestro señor ahora, y para que no lo confundan con uno de sus ciudadanos, venga con nosotros a cambiar su vestimenta acorde a su estatus." Dijo el líder de estos hombres.
Arkon solo avanzando y camino en la nueva, renovada y ordenada Eunomia Nova, caminaron al centro urbano que tenía en su centro un gran fuego encendido, grandes edificios que eran utilizados como almacenes de todos los recursos y un lugar para curar a los heridos y enfermos.
Al entrar al edificio central, que tenía al lado una estatua de Víctor Securis y uno más pequeño adentro, Arkon vio la estatua pequeña, era indudable que era él, pero ellos no notaban la diferencia, como si fueran diferentes personas.
La mirada de la estatua estaba llena de vida, como si el algún momento hablara, tenía una mirada firme, serena, disciplinada, pesada pero llena de virtud, justicia, juicio y protectora, Arkon pensó para sí mismo que ojalá pudiera conocer al escultor de tal obra maestra.
Los ancianos esperaron a su señor, solo lo miraban tranquilamente al joven y prematuro rey de esta ciudad, minutos después el joven le dijo que seguirían.
Al entrar a una sala donde Arkon la comparo con un escenario y allí se encontró con más ancianos de la misma complexión como los demás.
Ellos discutían entre sí, filosofando, pero de un momento a otro comenzaron a hablar sobre las circunstancias actuales de Eunomia Nova y sus posibles ataques y asaltos orkos.
Pero todos se callaron al ver a su joven rey, algunos tenían expectativas, otros que era solo un niño todavía, otros no lo aceptaban ya que ni siquiera podía sostener una espada de forma correcta.
Sin embargo, los hipaspistas no pensaban lo mismo, ese joven era su rey y cualquiera que quisiera herirlo debía pasar primero por ellos.
Un anciano del grupo de Arkon, avanzo y agarro la túnica de color blanco y dorado que sacaron del fallecido antiguo rey, ahora su nuevo portador era su primogénito.
Arkon por suerte tenía ropa interior ya que los otros ancianos le sacaron su ropa anterior, el hombre le puso sus nuevas prendas y le colocó una corona de laureles en su cabeza y se quedaron sujetas a sus sienes.
"mi señor, cuáles serán sus órdenes ahora ¿Una política agresiva, comercial, pacífica, militar?" pregunto uno de los tantos hombres de la sala.
"yo…" Arkon no encontró palabras que decir hasta que pensó en donde estaba y dijo.
"Les voy a ser sincero… este mundo está rígido por diferentes facciones que algún momento podemos tener un tratado de paz e incluso de comercio, pero hay oscuridad en este mundo…
Cuando estaba postrado en cama vi cosas, horribles y agresivos, allí afuera hay algo llamado caos, y existen cuatro dioses de ellos, por ahora estamos a salvo porque vivimos en el sur del continente.
Pero al norte están estos seres tocados por estos poderes ruinosos, por ahora ellos están separados y peleando entre sí, pero cuando se juntan no habrá paz en ni momento, incluso en la muerte seremos torturados.
Lo cual, voy a proponer esto, coexistimos con las fuerzas del orden, fortificaremos nuestras fuerzas y ciudades, expandimos nuestro territorio tanto por recursos como un lugar para proteger a aquellos que no pueden ser protegidos o perseguidos.
Iremos paso a paso, conquistaremos personalmente las tierras baldías de oriente, ayudaremos a las fuerzas del orden a mejorar y comerciar con ellos.
Les diré esto, no podemos hacer nada solos, podemos tener desacuerdos como seres sintientes y de emociones, pero contra el caos, no podemos tener disputas o sino moriremos y seremos utilizados como experimentos e incluso peores." Hablo directo a los corazones de estos hombres viejos.
Todos tuvieron diferentes reacciones, un miedo leve por las crudas palabras, escepticismo por cuentos afirmaciones, reflexiones que durarían días al ver qué hay un mal primitivo.
Otros aceptaron las palabras de su nuevo rey, si había que pelear lo harían con gusto ya que era así la ley, algunos estaban resignados de porque siempre había algo más.
El único tranquilo era Arkon, ya que tenía su rollo de piel y método trampa para cuidar a los suyos.
"Díganle a Philitos que este en las incursiones orkas y que los kataskopos preserven su vida antes que la misión." Dijo Arkon a un hipaspistas.