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Chapter 17 - Capítulo 17

Capítulo 17

"¡defiendan al rey, que nadie se entrometa con su venganza!" grito con energía un mirmidón capitán de su regimiento quien por poco esquivo el golpe de una rata ogro mutada, su casco voló por el campo de batalla, pero dos matadores fueron a su ayuda y el trio de guerreros con un esfuerzo casi infernal lograron que este caiga.

Sin embargo, en medio de la guerra, un círculo se separó entre un humano y un skaven, uno llevaba una armadura con detalles blancos como su ropa y cresta que ahora estaban sucias con sangre, barro, hollín, pólvora, pero esto no era lo único característico que tenía, esta estaba llena de cortes que eran alargado, erráticos e incluso estando a punto de abrirse.

Por otro lado, una armadura roja hecha de placas que no impedían el movimiento explosivo y habilidoso de la rata quien desvió un ataque mortal de la espada del humano, llevando su peso hacia abajo creo una abertura en el humano haciendo que lleve con fuerza su cuchilla hacia su plexo solar pero un escudo lo interrumpió, provocando que se creen chispas por el contacto.

El humano lo pateo haciendo que arrastre por el suelo dos segundos, pero fue suficiente para saltar y aprovechar la fuerza de caída para romper la armadura de placas de la rata, pero esta se giró rápido y con su maza intento darle un golpe en el hombro para que suelte el escudo sin embargo a último momento durante la caída sobre esforzándose rodó hacia adelante evitando por poco el golpe de la masa de Queek.

Con velocidad se levantó y los dos comenzaron a caminar en círculos y el primero en atacar fue la rata que con su maza la lanzó al humano, pero este la esquivó haciendo que cayera a un costado sin embargo aun así Queek fue hacia él intentando cortarle la pierna izquierda.

Arkon por su parte intentó cortarlo con su espalda el lado izquierdo de la rata, en la zona del hombro para cercenar su brazo pero notó que la rata con su agarró la maza y girando vio como esta se dirigía a su pecho así que agarrando su escudo con sus dos brazos detuvo el ataque demoledor que lo hizo caer pero al tratar de levantarse vio como una nube tierra arrojada nublaron su vista, incluso sin ver se levantó y comenzó a alejarse de la rata para recuperar su vista que estaba cubierta con tierra y barro.

Y con lo poco que veía desvió la espada de Queek que se dirigía a su brazo derecho con su guantelete haciendo que la hoja de la rata le corte un poco la mano pero no fue los suficientemente serio como para soltar su arma, después de eso no pudo esquivar el siguiente ataque que fue dirigido a su rodilla izquierda que fue golpeada con la maza de Queek, este aprovecho que el humano se agacho y se subió a él solo para estar detrás suyo y reconociendo lo que iba hacer de inmediato puso su escudo en su cintura y como pensó la espada de Queek iba hacia allí.

Todo guerrero con escudo sabe que una herida en la cintura inhabilitaría por completo su defensa y ataque ya que había dos alternativas, quedar vivo y como la espada del oponente atraviesa tu corazón o no sentir las piernas y tu cabeza rodaría por el suelo, en otras palabras, recibir heridas ahí era una sentencia de muerte asegurada para cualquiera.

Aprovechando un poco la sorpresa de Queek, Arkon girando sobre sus pies balanceo con fuerza su espada y esta creo un enorme tajo que incluso cortó dos placas de metal rojas de Queek quien se alejó rápidamente, al palpar la zona vio como su mano de rata estaba cubierta de sangre y el metal de su armadura fue cortado con fuerza demostrando que si o si el humano enfrente suyo tenía que utilizar todo lo que tenía para romper su armadura, la cual aprovecharía por completo eso pero el humano también era lo mismo.

A pesar de usar el movimiento, agilidad e incluso ataques incapaces de hacer por un humano solo creaba grandes rasguños alargados, pero al menos demostraba que podía haces ataques inesquivables cuando corte las correas de las armaduras del rey humano.

Cuando Queek estaba a punto de avanzar, sus instintos le dijeron que se alejara del lugar en donde estaba y por suerte lo logró a tiempo, el hacha de Belegar cayó y este corriendo fue a agarrarla, ni siquiera los griegos pudieron detenerlo tanto por ser rey como por los matadores que lo seguían como guardias personales.

"¡chico, no dejes que la venganza influya tu mente, creeme lo se! ¡tienes aliados aprovechalos, no eres el único que quiere venganza!" dijo Belegar que atacaba constantemente a Queek.

Arkon sintió enojo cuando le reprocharon lo que estaba haciendo, pero al final el enano tenía razón, tragándose su orgullo y la cultura que día a día comenzó a influenciarlo, peleo junto a Belegar contra Queek quien ahora estaba en desventaja debido a que Belegar era un enano viejo y veterano tanto en combate común como contra diversas ratas.

El rey humano balanceo su espada haciendo que Queek haga retroceder su torso, pero Belegar con su hacha agarró su pata izquierda haciéndolo caer quien Arkon aprovecho clavándole su espada en el brazo izquierdo volviéndolo inservible, aun así, sin rechistar pateó al humano en el pecho haciendo que se caiga, y de un solo movimiento se levantó, abandonando su maza para agarrar su espada con su brazo derecho y con su cola su maza.

La rata sin miedo corrió hacia ellos, con su cola hizo que la maza golpee mandándolo a volar un poco a Belegar a la vez que con éxito logro cortar el cuello del rey humano, pero no fue mortal pero lo suficiente para que se agache un poco del dolor haciendo que el agarre de su escudo afloje, lo cual salto haciendo que su brazo izquierdo se aleje peligrosamente de su cuerpo, Queek sin vacilar dirigió su espada al pecho de Arkon y este por reflejo con toda su fuerza se Queek hacia su izquierda.

Pero no fue del todo exitoso, la hoja corto la armadura de Arkon abriéndola tanto el metal como la carne cual esta comenzó a expulsar sangre haciendo gritar al humano del dolor mientras patéticamente levantaba su escudo, pero Queek por descuido se olvidó de Belegar quien lo hizo pagar caro clavándole el hacha en el lado derecho de su espalda, inmovilizándolo, pero al ver a Arkon la saco y se alejó con varios pasos rápidos debido a que su brazo derecho había un gran arco eléctrico.

Él apunto a Queek y antes de que pudiera moverse, un poderoso rayo fue dirigido a su cuerpo, este impacto por completo, quemado su piel, armadura, órganos e incluso había pequeños arcos eléctricos recorriendo su cuerpo solo para desaparecer en el suelo, Arkon agarrándose el lado derecho de sus costillas se acercó paso a paso y notó que incluso con el poder del rayo esta rata no murió al instante entonces con furia levanto su espada y de un solo corte le cortó la cabeza.

Los pocos soldados que veían el combaten rugieron con esmero y las ratas que los vieron comenzaron a asustarse, las ratas jefas elegidas por Queek hacia mucho que murieron en combate tanto aquí como al norte o se habían dirigido hacia el este y al sureste, ahora sin líder su moral cayó en picado haciendo que suelten sus armas, esto no pasó desapercibido y con chillidos las ratas se comunicaron e intentaron escapar, pero no había escapatoria alguna.

Todas las ratas iban a caer ese día.

Hoy era un nuevo amanecer, pero uno diferente, la corrupción skaven que era de un nivel alarmante fueron rápidamente diezmadas por los enanos de Belegar quienes tenían años y años sobre como contraatacar esta infección que abarca incluso a la piedra y el mar, hasta la más mínima rata fue partida a la mitad.

Pero las pérdidas de estos días fueron demasiadas y entre ellas fue un gran golpe para los griegos, Perseo quien tenía su cabeza cosida a su cuello, tenía debajo de su lengua una moneda de oro para Caronte si es que aun él existe, dentro de un ataúd de madera tallada por los propios enanos descansaba con su espada y escudo encima de él.

A pesar de que su rey era callado la mayor parte del tiempo, desde que cayo él solo hablaba cuando era necesario y el resto del tiempo se la pasaba acariciando la melena de su león o miraba el mapa.

"Arkon, ¿Qué vas a hacer? Si no fuera por ti, esto llevaría peses y no semanas, el lado este fue conquistado ahora solo falta el suroeste y conquistar las otras siete ciudades que aún mantiene el clan mors." Dijo Belegar acercándose mientras tachaba las tres ciudades debajo de la provincia en donde está su ciudad ancestral.

"quedate con las de las montañas, quiero expandirme más al sur las tierras de Grecia o si quieres también podemos hablar sobre que ciudades quedarte." Dijo Arkon señalando las siete ciudades al sur de Grecia.

"dejame las tres más cercanas a las montañas, pero a cambio quiero un gran tratado comercial y de paso te ayudare cuando vayas a la capital del imperio, a pesar de que sigo las órdenes del rey Thorgrim, como ocupante de uno de los asientos del consejo enano al menos mi palabra tiene relevancia incluso si hablo por ti." Dijo Belegar mirando la expresión calmada del joven humano.

"en ese caso, rey Belegar te daré prioridad en construir pasajes del inframundo además de ya tener una ruta comercial para que abastezcas a estas ciudades, pero por ahora debemos seguir, esta campaña terminara cuando el clan mors se extinga de estas tierras." Habló Arkon señalando la primera ciudad en atacar.

"¿Cómo están tus ciudades en las fronteras del sur? ¿quieres acero enano como ayuda?" dijo divertido Belegar lo cual provocó que Arkon sonriera a la vez que negaba con la cabeza.

"no hace falta, Eretria, Cnossos y Tasos están siendo constantemente ayudadas por las ciudades del interior de Grecia y no estaremos solos, los colosos ya están yendo al sur, cuando vayamos al sureste cuando conquistemos la última ciudad de esta provincia iremos al aún más al sur y de ahí línea recta al oeste, nos abasteceremos ahí, de ahí iremos nuevamente al sureste." Dijo Arkon señalando ciudad por ciudad.

"lo cual creamos una batalla de tres frentes, donde nosotros reforzaremos el ataque este y de ahí al oeste, sin embargo, andarás apretado de tiempo cuando debes ir a las fronteras de los príncipes." Dijo Belegar recordando la fecha estimada de la reunión de los aliados del imperio para conocer a una nueva facción que es la de Grecia.

"no te preocupes, con los cálculos que he hecho junto con Aquiles, atalanta y hércules, estaré en argos con dos días para descansar bien y resolver la gestión de Grecia con varias órdenes." Dijo Arkon despejando las dudas de su amigo enano.

"ni siquiera habrá tiempo para festejar." Dijo resignado Belegar haciendo que Arkon se riera un poco. "cuando volvamos de la reunión de reyes y emperadores festejaremos por al menos una semana." Comentó Arkon calmando un poco a Belegar haciendo que el enano resople divertido.

"por ahora descansemos un poco, al mediodía nos moveremos." Y Belegar dijo. "ya están viniendo más fuerzas mías para proteger la ciudad así que no hace falta proteger nuestras espaldas, además mis agentes junto con sus soldados están limpiando de forma tajante la corrupción skaven en pueblos, cuevas, madrigueras, túneles subterráneos y demás agujeros donde pueden habitar las ratas." Decía Belegar saliendo de un edificio improvisado como centro de mando.

Arkon lo saludo mientras ordenaba que el cuerpo de Teseo vaya a Eunomia nova, en dirección al cementerio de mármol y que su esposa e hijos le lloren el tiempo necesario, esto fue algo que descubrió cuando había invocado a los primeros héroes de Grecia como Teseo, Jasón o Áyax, antes de entrar a las líneas griegas del frente ellos tenían una familia e incluso un hogar, incluso la incorporación de ultimo momento de los últimos tres héroes tenían sus vidas como Polifemo con su cueva o Belerofonte con su pegaso y su brida dorada.

Por otro lado, Aquiles, atalanta y hércules recibieron la noticia de que Perseo cayo en combate además de que era la hora de contraatacar, guardaron sus emociones de que un gran aliado y amigo había muerto, pero ahora no le podían llorar, los cuernos de guerra de sus ciudades sonaron y los ejércitos avanzaron junto con la guardia eterna de los colosos de oro.

Montados en sus bestias aladas o terrestres fueron a la línea de enfrente guiando sus ejércitos, tres ciudades contra otras tres y por el este, dos reyes atacando otra ciudad rata una de las tantas que quedan por estas tierras, pero con paciencia y ataques devastadores estas plagas desaparecerán haciendo que la gente viva tranquilamente otra vez.

Un mes y medio paso y las bajas en Grecia superaron las cincuenta mil sin contar a las bestias míticas que superaron los cuatro dígitos y los enanos por su parte rondaban las treinta mil cuando empezó esta campaña en conjunto, pero el enemigo por mucho superaron los seis dígitos debido a sus números y su rápida propagación, las ciudades skaven incluso usaron a sus esclavos que eras desorganizados, pero al menos le dieron un poco de tiempo de vida más.

Belegar se había retirado del ataque para organizar las seis ciudades que con ayuda de Arkon conquisto mientras que el resto eran de Grecia aumentando no solo su territorio sino mas objetos comerciales junto con rutas mas grandes de caravanas y de más fácil traslado, desde Atenas y Cnossos estas dos ciudades no paraban de enviar suministros como materias primas, bienes ya hechos, insumos médicos, alimentos junto con cosas que los enanos no poseían como cerámicas o mármol.

Ahora el rey de Grecia paso por mucho el yermo de las tierras baldías y ahora grandes dunas de arena invadían su vista, estatuas de faraones, pirámides o figuras derruidas por el tiempo y la arena, y ante él estaba la ultima ciudad skaven pasando la provincia del valle de la muerte.

Las explosiones sonaban, el proyectil golpeaba las torres, murallas y edificaciones de las ratas, la infantería de proyectil disparaba constantemente a las ratas que estaban afuera de las murallas o encima de estas, los ciclopes golpeaban los muros, pero se tuvieron que hacer un lado debido a que los colosos causaban muchos daños colaterales cuando balanceaban sus espadas doradas.

Atalanta con su armadura dorada junto con su lanza y escudo arriba de un pegaso, comandó a la caballería monstruosa de pegasos jineteados por hetairoi quienes desde el cielo destruían las líneas de las ratas, hércules por su parte saltaba de su león de nemea para pelear con las ratas ogro con su garrote y su escudo dorado.

Aquiles por su parte montaba su fiel corcel blanco, él estaba al lado del rey de Grecia quien montaba al mas grande de los leones de nemea sin embargo su montura no tenía ni un ápice de miedo debido a que se acostumbró durante mucho tiempo estar al lado de un león que podía abrirlo en par en par de un solo mordisco.

"tenemos siete días de sobra junto con los dos días para llegar a los príncipes fronterizos, ¿Qué quieres hacer en todo ese tiempo Arkon?" dijo Aquiles mirando como finalmente los soldados de Grecia entraron a la ciudad skaven.

"descansar, un día de luto para los soldados y un funeral digno para Perseo, gestionar la ciudad y darles sus respectivas ordenes antes de encerrarme en mis aposentos a dormir y prepararme mentalmente para ir a Reikland junto con Belegar." Dijo Arkon mientras ordenaba a Rexes que se acercará a la ciudad que fue conquistada ante sus ojos.

"¿a quien llevaras como guardia personal?" preguntó Aquiles mientras sonreía al ver que la campaña contra el clan mors terminó.

"a ti por supuesto, eres mi mejor guerrero, a hércules por su fuerza, a Belerofonte y a circe para ver si puede rastrear la magia élfica entre los altos elfos que van a ir. Junto con dos regimientos de cada de elite de Grecia, entre la caballería uno de pegaso junto con otro de leones de nemea, y el clan Angrund me avisara como mucho para mañana el sequito que enviaran hacia argos." Dijo Arkon viendo como los guerreros remataban a las ratas aun vivas.

"supongo que con esta última ciudad finalmente bendecirás estas ciudades con nombres." Comentó Aquiles divertido quien de paso saco un mapa y con el dedo señalo como se llamaría esta ciudad cerca de Eretria. "esa se llamará troya, esa Epiro, Laconia, Siracusa y esa Delfos." Pronunciaba Arkon a cada ciudad señalada por Aquiles.

La ciudad en la que estaban ahora era Laconia y como siempre, Arkon eligió de ocupar la ciudad quien esta fue invadida por haces de luces y minutos después toda la ciudad skaven se convirtió en un autentico lugar griego, y como las ciudades de antes, comenzó a reordenarla, reorganizarla, dejar sus instrucciones de que edificios construir y que con mas prioridad tiene era el pasaje del inframundo.

"mi rey, ahora vaya descansar por el momento, mañana haremos los arreglos funerarios para todos los caídos y en especial Perseo." Dijo con pesadez ese nombre debido a que sintió que Arkon se culpaba por dejarlo solo, pero ese era el precio de defender lo que quedaba de la estirpe real de Grecia, y si estuviera vivo estaría orgulloso de cómo se expandió su patria junto con un gran rey que pocas veces se ve.

Él solo asintió ante las palabras de su amigo más cercano entre todos los héroes, Arkon fue a los aposentos a descansar un rato ya que para el mediodía ya estaría el pasaje del inframundo para ir a Eunomia nova, al llegar fue recibido con una comida ostentosa tanto para él como para su montura.

Las mujeres y hombres cuando estaban a punto de irse, su rey les ordenó que lo despertaran cuando el pasaje del inframundo esté terminado lo cuales ellos asintieron dejándolos solos a comer mientras cerraban las puertas dobles de gran tamaño y peso.

Al terminar de comer, león y humano se fueron a dormir juntos lo cual apenas sus músculos se relajaron entraron al mundo de los sueños mientras el ruido de fondo de las construcciones solo aumentaba en numero y poder, incluso ignoraron los pasos pesados de los colosos quienes se posicionaron estratégicamente para llegar rápido al cualquier lado de la ciudad.

Arkon al despertarse noto que su mano izquierda estaba en el lado derecho del hocico de Rexes, causándole gracia resoplo y estirándose desde la cama se levanto y fue a los baños donde se baño profundamente cada parte de su cuerpo y ahora relajado disfruto el baño de agua que estaba caliente de algún modo.

Sin embargo, su descanso terminó cuando sus puertas se abrieron y un hombre vestido como un civil común le aviso que el pasaje ya fue construido lo cual asintió y le pidió que se retire, al levantarse el agua se deslizo hacia abajo recorriendo cada musculo trabajado por estos meses de guerra continua, aunque no este definido sus músculos podían verse a simple viste en especial su espalda, pero lo que más llamaba la atención eran sus cicatrices.

El regalo de Queek antes de morir dejó un enorme tajo en el lado derecho de las costillas de Arkon, una marca horrenda, pero para Grecia un pueblo con una cultura de guerra y la belleza de la fuerza del cuerpo fue algo de orgullo, otro tajo recorría su torso de al menos unos cuarenta centímetros en diagonal y en su espalda en el omoplato derecho un tajo vertical regalo de una rata ogro mutada que casi lo deja mal herido.

Estas cicatrices fueron curadas por el poder divino de la recuperación, pero al sentir el deseo de tener esas marcas de guerra tanto por gloria como por capricho se mantuvieron, vistiéndose con sus ropajes blancos y dorados y su tiara dorada en su cabeza salió de sus aposentos y al subirse a Rexes se dirigió a su ciudad natal.

Al para por erebo la humedad que tenia se evaporó en un instante y al salir sintió la brisa fresca y relajante de Eunomia nova, es como si nunca hubiera estado en la guerra, los niños correteaban de un lugar a otro, las mujeres charlaban alegremente, las hidras eran acicaladas por las manos de los mas pequeños niños, los adolescentes tonteaban con los minotauros o incluso le agarraban la chiva de la cabeza de cabra de la mantícora.

Su primera parada no fue su hogar sino a la mansión de circe para darle la noticia de que la acompañara en su viaje a Reikland y debido a la presencia de Rexes los pavos reales se paralizaron del miedo debido a que hace mucho tiempo, la expresión calmada de Arkon se mantenía, pero cambio un poco a curiosidad debido a un ruido reconocible que todo griego hacia cada noche o día.

Golpeando el vientre con el pie a Rexes, este rugió con fuerza haciendo que las dos personas de adentro se enteren de que había visitas, después de unos minutos una circe arreglada y bien peinada apareció y junto con ella una hermosa sonrisa. Arkon vio como ella suspiro aliviada debido a la larga exhalación que hizo por la nariz para disimular su preocupación.

"Arkon, volviste." Dijo alegremente mientras se acercaba y abrazaba al joven rey con un poco de fuerza, pero Arkon reconoció el olor a transpiración que aun quedaba en ella e incluso pudo ver un pequeño rubor en ella casi imperceptible.

"solo venia de paso, vine a decirte que me acompañaras a Reikland debido al tema de la carta del pirata, si encuentras al culpable durante la reunión dime antes, durante o después, tarde o temprano vamos a rendir cuentas con los altos elfos y por cierto ¿con quién…? ¿Autólico?" preguntó Arkon al ver al joven salir de la mansión de circe.

Aunque por fuera parecía sorprendido por dentro estaba un poco disgustado, pero rápidamente sacó esas emociones debido a que era la vida privada de ella y ellos no eran nada.

"saludos rey Arkon." Dijo el hombre con seriedad haciendo un saludo militar y al terminar se acercó a él, pero más cerca de circe.

"supongo que terminaron la búsqueda de la reliquia por este mes, bueno me retiro, tengo varios asuntos pendientes que resolver y hacer." Dijo Arkon subiéndose a Rexes y al tirar de las riendas el león hizo caso.

"¿Qué es lo que haces?" pregunto molesta circe mirando a Autólico quien la miraba con confusión. "¿yo? Presentarme ante el rey, además no hace falta ocultar lo nuestro frente al mismísimo rey, no somos un romance de jóvenes, somos adultos." Respondió él con el ceño fruncido.

"pero hay momentos y momentos para hacerlo." Dijo ella enseguida, pero Autólico sonriendo se acercó a ella y abrazándola por la cintura mientras la besaba el cuello a la mujer, ella estaba un poco a la defensiva, pero poco a poco comenzó a responder, Autólico de un solo movimiento la levantó y la puso en sus brazos y volvieron a la habitación para seguir a donde lo dejaron.

Arkon al llegar a sus aposentos comenzó uno por uno a organizar el día de luto para mañana en todas las ciudades griegas y en especial la de Perseo quien ahora estaba enterrado en el campo santo de mármol, solo habría un ataúd simbólico para mañana para dejar descansar sus restos.

"y tú te encargaras de entregar personalmente de entregar estos arreglos para Delfos, y que alguien llame a Nuncio el capitán de los buscadores de reliquias." Y con esa última orden dada, Arkon reposó su espalda en el respaldas de su silla mientras suspiraba cansado, pero por suerte trajeron la cena.

"¿ya es la hora de la cena?" dijo Arkon al ver el atardecer que deberían ser al menos las ocho de la noche o de la tarde en este caso, al terminar de comer fue a los baños a limpiarse sus dientes y junto con Rexes los dos se metieron al agua, el joven humano mojó por completo al león quien disfrutaba de como peinaba su cuerpo para sacar el pelo suelto de su melena y cuerpo.

Después de una hora, fueron hacia afuera mirando la ciudad tranquila y bella de Eunomia nova, pero la expresión de Arkon se volvió más oscura con el paso del tiempo.

'¿me voy por menos de dos meses y se olvidan de quien es su rey?' pensó Arkon al ver que el capitán que llamó no vino más, al ver que se hacia mucho mas tarde solo se fue a dormir junto con su león.

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