Tiaamat estaba en uno de los bancos del jardín de la mansión observando a Bianca jugar con el gato familiar al que había nombrado Gemm. La niña perseguía al animal alrededor de la fuente con una gran sonrisa dibujada en su rostro pareciendo olvidar, así fuera por un rato, el sufrimiento que había vivido hasta esa misma mañana.
Cuando ese pensamiento entró en su mente Tiaamat frunció el ceño. Todavía no podía entender como alguien trataría así a una niña pequeña como Bianca y mucho menos su propio hermano. El desprecio que sentía por el hombre era tan fuerte que, si no supiera que Morgan lo necesitaba vivo, hace mucho se habría encargado de acabar con su vida.
Bianca no sabía que Leonardo seguía con vida incapacitado y encadenado en el que una vez fue su taller en el sótano sirviendo como material y conejillo de indias para algunos experimentos que Morgan empezó a realizar más temprano. Este mundo tenía muchas diferencias con su mundo original y aún más con el nuevo mundo, por eso era necesario entender como los afectaban esas diferencias y Morgan, siempre adicta al conocimiento, no quería perder el tiempo por lo que comenzó a investigar casi de inmediato.
Pero era necesario tener sujetos de prueba, así como una fuente de información y conocimientos de este mundo que al principio no tenía, y justo entonces descubrieron el estado de Bianca y su ira se volcó en el culpable. El hecho de que ese culpable fuera un hechicero con suficiente información sobre este mundo para darle a Morgan una base sólida para iniciar sus experimentos fue solo una coincidencia, así como también fue una coincidencia que dicho hechicero tuviera en su poder el tesoro más importante para una familia de hechiceros en este mundo, un emblema mágico.
Según Morgan, quien pasó una hora persuadiendo a Leonardo, el emblema mágico es el pilar de toda familia de hechiceros y mientras exista el emblema, incluso si no hay descendientes de sangre, la familia no perecerá. Ahora bien, una hora solo fue suficiente para darle algo de contexto a Morgan, pero no para comprender la complejidad detrás de uno de los pilares de la hechicería.
Para entender en profundidad lo que había descubierto era necesario dedicar mucho más tiempo en eso, pero para Morgan eso sonaba como su plan favorito. Mientras pensaba en la situación en la que se encontraban no pudo evitar reír. Tres meses atrás era una humana viviendo en un mundo de donde lo único bueno eran su hermana, su hombre y el juego que los unió. Dos meses atrás se encontró transportada a un mundo completamente nuevo junto a Magnus y Morgan habitando los avatares que habían creado en el juego y con poderes que sobrepasaban su sentido de la realidad, después de todo ya no se trataba de un juego. Y ahora se encontraba en otro mundo, por segunda vez en su vida, que parecía una mezcla de una de sus historias ficticias favoritas y un universo con un nivel de peligro absolutamente desquiciado (según palabras de Magnus), tomando el control de toda una familia local que, por cierto, pertenece al lado mágico del mundo.
Su vida era una locura.
Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por el sonido de una de las paredes laterales del primer piso rompiéndose de repente y una figura oscura siendo mandada a volar contra los árboles de ciprés plantados alrededor de la mansión. Bianca, que había estado jugando sin preocupaciones, abrió mucho los ojos con miedo, pero antes de que entrara en pánico se encontró abrazada por Tiaamat con ternura.
- Tranquila, mientras esté contigo, nada malo te pasará – Tiaamat se había movido tan pronto como sintió el golpe contra la pared y en menos de un segundo ya estaba junto a la pequeña protegiéndola.
- ¿Hermana Tia, no estaban el hermano Mag y la hermana Mor en esa habitación? – al encontrarse en los brazos de su hermana mayor, el miedo de Bianca se calmó, pero recordando a sus otros hermanos no pudo evitar preguntar con miedo.
- No te preocupes por eso. No lo sabes, pero tus hermanos mayores son increíblemente fuertes. Nadie puede lastimar a Magnus dentro de su propio hogar – respondió Tiaamat con una sonrisa orgullosa para calmar el temor de la niña.
Como para confirmar las palabras de Tiaamat del agujero en la pared salieron Morgan, con sus grimorios flotando a su alrededor y Magnus sosteniendo una espada larga y delgada de doble filo con empuñadura en cruz. Parecería una espada larga cualquiera de no ser por las runas inscritas en la empuñadura y a lo largo de la hoja que brillaban en color blanco.
Tiaamat conocía esa espada, después de todo la creó ella misma, era una de las armas que usaba Magnus cuando no jugaba como mago. Aunque un poco menos conocida que su {Bloody Reaper} esa espada estaba especializada contra enemigos con karma negativo, ya que todas las runas inscritas eran parte del conjunto de runas eternas de Magnus que tenían carga kármica positiva, lo que la convertía en el arma perfecta para luchar contra demonios, no-muertos y otros monstruos con "alineación negativa".
"¿Por qué utilizó esa espada? Y ¿por qué están ambos en su forma real?" pensó Tiaamat antes de dirigir su mirada hacia la figura que había sido enviada a volar un par de segundos antes, pero no esperaba lo que vio.
(***)
Unos minutos antes con Magnus.
- Lo haré - dijo Astoria con determinación y al ver que su hermana quería decir algo continuó sin darle la oportunidad. – Sé que estás preocupada Daph, pero no creo que se nos presente otra oportunidad como esta en la vida. Estoy cansada de verlos a todos sacrificando todo en sus vidas para encontrar una manera de salvarme – las lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas. – Sé que lo hacen de corazón, pero es doloroso ver a tus seres querido sacrificándose por algo que probablemente sea imposible.
- ¡No es imposible! – gritó Daphne.
- Si no nos hubiéramos enterado del santo grial, si ellos no estuvieran aquí – dijo Astoria señalando a Magnus y Morgan. - ¿Realmente tendríamos una oportunidad de romper la maldición? – nadie fue capaz de responder. – En ese caso ya he tomado mi decisión, haré lo necesario.
- Esa determinación es algo que puedo respetar – Morgan habló suavemente. – No se preocupen, eliminar la maldición no debería presentar ningún inconveniente para ella.
- ¿Debería? – inquirió Daphne.
- Mi magia y la suya son diferente por lo que puede haber efectos desconocidos por su interacción, aun así, puedo asegurar que incluso si ocurre algo podré solucionarlo, les doy mi palabra como reina – añadió Morgan al ver la duda y, cuando mencionó su estatus deshizo su hechizo de ilusión y Magnus, al verla, también volvió a su apariencia real.
- Asombroso – susurró Millicent y Tracy asintió muy rápido con ojos brillantes.
Daphne notó la seriedad de ambos y supo que seguir dudando podría tomarse como un insulto a los gobernantes que han jurado sobre sus títulos. Con un último suspiro de resignación aceptó que procedieran con su plan.
- No tienen que estar tan nerviosos, el proceso es casi inmediato y ni siquiera debería ser doloroso. Por ahora denle espacio a Astoria, no quiero que su magia interfiera con mi hechizo – los cuatro jóvenes obedecieron dejando a Astoria sola en el centro de la habitación. – [Bendición de Eir] – pronunció la Dragonewtt señalando a Astoria mientras uno de sus libros se abrió frente a ella.
[Bendición de Eir] era un hechizo divino de 10mo nivel capaz de "eliminar todos los efectos de estado y restaurar el 65% de la salud (HP)" lo que lo convertía en uno de los más importantes en el repertorio de cualquier sanador capacitado en el juego, pero debido a que no tenía poder de ataque mucha gente no lo aprendía para no "malgastar" un espacio para hechizos en algo que hacía lo mismo que algunas pociones de alto nivel.
Morgan, pudiendo saltarse la restricción en la cantidad de sus hechizos, aprendió prácticamente todos los hechizos existentes en Yggdrasil y en ese momento estaba demostrando su maestría mágica.
Un círculo mágico de color purpura brilló debajo de Astoria con fuerza y pronto una masa oscura y amorfa empezó a salir de su cuerpo como alquitrán cayendo al suelo. Cuando lo que fuera esa cosa dejó de salir del cuerpo de Astoria la chica cayó inconsciente, aunque fue atrapada por Morgan quien la entregó a su hermana.
Todos los presentes, excepto la inconsciente Astoria, estaban observando el charco oscuro que temblaba de vez en cuando con expresiones que iban desde el asco hasta la curiosidad.
- ¿Qué carajos es eso? – Blaise no pudo contenerse y preguntó.
- La maldición de la familia Greengrass – respondió Magnus. – Aunque no esperaba algo como esto. Se supone que la maldición debía ser destruida, no expulsada del cuerpo receptor.
- Como sea, mejor nos deshacemos de eso – dijo Morgan apuntando su mano hacia el charco oscuro.
Como si sintiera el peligro la masa oscura comenzó a temblar y a reunirse en un punto antes de crecer y cambiar su forma. De alguna manera toda la "maldición" se había reunido y se había transformado en una especie de monstruo de barro negro que tenía un cuerpo que parecía hecho de innumerables serpientes, su rostro principal tenía cuatro ojos completamente negros y una boca ancha llena de colmillos largos y afilados, y varias serpientes más delgadas salían de su espalda actuando como brazos.
La creatura era más rápida de lo que su apariencia podría sugerir y antes de que cualquiera pudiera actuar se movió en dirección a Daphne apoderándose de su cuerpo.
¿O no?
Antes de que alcanzara a las hermanas (una inconsciente y la otra desprevenida) Magnus apareció en su camino. El bastón en su mano había desaparecido y su lugar lo ocupaba una espada larga llena de runas brillante que fue la encargada de interceptar la carga de la bestia. Magnus no pensaba darle oportunidad al monstruo, pero tampoco quería acabarlo muy rápidamente ya que era algo con lo que nunca se había encontrado y su lado de investigador quería estudiarlo un poco más, por eso en lugar de aniquilar al monstruo en su primer encuentro solo blandió su espada de forma que cortara al monstruo y al mismo tiempo lo enviaría volando a un lugar donde pudieran luchar.
Magnus sabía que luchar dentro de la mansión era un acto que solo un idiota sin remedio o alguien sin opciones haría, y él no era ninguno de los dos. Con el contrataque de Magnus el monstruo fue enviado a volar a través de una de las paredes de la habitación, un pequeño sacrificio que se puede arreglar en poco tiempo.
- Alfred, no luches. Tus habilidades de fuego podrían provocar problemas mientras estamos rodeados de madera – Magnus ordenó al ver que su mayordomo ya estaba listo para saltar contra su atacante con su katana en mano.
- Mi señor, esa creatura se atrevió a violar la santidad de su casa. Es mi deber destruirlo – Alfred estaba furioso, tanto que incluso su disfraz se desactivó dejando ver a un Warlord oni en modo asesino.
No hace falta decir que los jóvenes estaban sorprendidos y asustados a partes iguales por tal demostración.
- Generalmente no te impediría cumplir con tus tareas, pero esta vez tengo un interés personal así que, ¿podrías simplemente dejar que yo me encargue? – sin esperar respuesta Magnus caminó hacia el agujero en la pared.
Alfred entendió que su amo quería luchar esta vez, pero estaba en conflicto ya que se supone que él era el protector de su rey y, sin embargo, estaba atado de manos en esta situación. Morgan siguió al brujo a través del gran agujero y llegaron a los terrenos externos, en el jardín pudieron ver a Tiaamat sosteniendo a Bianca en brazos mientras levantaba una ceja hacia ellos.
La creatura se reorientó después de golpear un par de árboles y concentró su ¿mirada? En Magnus y la espada que tenía en su mano y que fue capaz de herirla. Ese monstruo era la materialización de una maldición antigua, de al menos cuatro generaciones, y ningún arma física debería ser capaz de dañarlo, pero eso parecía no incluir la espada que le había dejado un gran corte en el rostro.
Dándose cuenta del peligro el ser maldito decidió hacer lo que aseguraría su supervivencia, en lugar de atacar al hombre con la espada se movió para apoderarse del cuerpo de la persona más débil del lugar: la mocosa que estaba en el jardín.
- ¿Te atreves? – de repente la voz de Magnus sonó menos como un humano y más como un rugido al mismo tiempo que una presión descomunal se liberó en todo el terreno de la mansión.
Ese era el efecto de la habilidad [Majestad del dragón] liberada por el emperador dragón furioso. Magnus pensó en poner a prueba a la creatura y aprender qué era exactamente, después de todo no era normal que una "maldición" se convirtiera en lo que fuera eso después de ser purificada. Pero esos planes se fueron al diablo cuando notó que el objetivo de la bestia era Bianca. Claro, Tiaamat estaba con ella y no permitiría que le ocurriera nada, pero eso no significaba que dejaría pasar el asunto y pronto la bestia se encontró presionada contra el suelo e inmovilizada por una fuerza desconocida mientras un terror primordial se apoderaba de su cuerpo.
¿Cómo se atreve un monstruo humilde a intentar atacar a su hermanita en su presencia? Los tres monarcas solo podían asumir que la creatura quería morir y como eran reyes magnánimos le concederían su deseo.
- [Síntesis mágica: Flecha sagrada] – la voz de Morgan se escuchó cargada de ira cuando arremetió contra la creatura.
El hechizo era una combinación de [Flecha mágica] y [Luz sagrada] creado usando su habilidad de síntesis mágica. Cuando era invocado creaba flechas echas de poder sagrado condensado y las disparaba a un objetivo con una precisión del 100% debido a las características de la [Flecha mágica].
Un segundo después cuatro flechas de luz atravesaron el cuerpo inmóvil del monstruo que dejó escapar un alarido y dándose cuenta de que estaba atrapado intentó un último ataque suicida hinchándose como si estuviera a punto de explotar.
- Te agradecería que no hicieras eso – dijo Magnus sin emoción antes de levantar su mano y dibujar una cadena de runas en el aire. – No eres bienvenido en mi casa. [Ansuz: purifica]
Bajo el monstruo apareció un nuevo círculo formado por miles de cadenas rúnicas que empezaron a brillar de color plateado con gran fuerza. Incluso con sus habilidades que acortaban la cantidad de runas necesarias para usar su magia ese era uno de los pocos hechizos que aún necesitaban que Magnus dibujara una cadena de 7 runas eternas para ser activado, pero el efecto era justo lo que necesitaban en ese momento.
El poder que se estaba reuniendo en el interior de la creatura se fue debilitando conforme el brillo de las runas aumentaba y sus alaridos desesperados se podían escuchar por todo el lugar. Desde el agujero dejado por la salida del monstruo Blaise, Tracy y Millicent observaban todo con la boca abierta, mientras Daphne sostenía a Astoria todavía inconsciente en el interior.
Después de un minuto completo los ruidos cesaron y el brillo de las runas se atenuó dejando ver un espacio casi vacío donde antes estaba la creatura. En su lugar todo lo que quedaba era un pequeño charco de sustancia negra, pero no parecía tener voluntad como el monstruo anterior.
Magnus no se estaba arriesgando a que esa cosa regresara así que clavó la punta de su espada en el charco y liberó el poder de las runas iluminando nuevamente el espacio y un momento después el charco negro también había desaparecido sin dejar rastro lo que hizo que todos soltaran un suspiro.
- Bueno, eso fue más emocionante de lo que pensé que sería – dijo Magnus tratando de aligerar el ambiente.
- ¿Hermano Mag? ¿Eres tú? – la voz de Bianca llamó su atención y en ese momento recordó que no estaba en su apariencia humana y la niña obviamente no conocía su otra forma. Claro, su imagen no cambiaba mucho, pero sus cuernos y alas todavía eran cosas que los humanos no tenían.
- Hola, princesita – Magnus no supo que hacer en esa situación y simplemente la saludó con una sonrisa incomoda.
Bianca, todavía en los brazos de Tiaamat, miró de un lado a otro entre Magnus, Morgan y Alfred notando como todos tenían rasgos que los diferenciaban de un humano. Después de mirar a los tres dirigió su mirada hacia Tiaamat quien, al entender los pensamientos de la niña, desactivó su disfraz también dejándola ver su verdadera forma.
Los tres estaban preocupados por como tomaría Bianca sus verdaderas apariencias, después de todo su estado había sido una montaña rusa de emociones durante todo el día y había pasado por un mes o más de sufrimiento antes de eso, pero sabiendo que tendrían que decírselo en algún momento prefirieron arrancar la tirita desde el principio.
- ¿Te asustamos, pequeña? – susurró Tiaamat a la niña. Bianca volvió a mirarlos a todos una vez antes de empezar a reír.
- ¡Los hermanos mayores son increíbles, vencieron al monstruo! – gritó emocionada la niña.
Ella entendió que esas personas que decían ser sus hermanos ahora no eran humanos, pero ¿Cuál era el problema? Eran amables con ella, la cuidaban, le dieron a Gemm y la sacaron del lugar solitario. Incluso ahora, cuando el monstruo feo apareció lo primero que hizo la hermana Tia fue mantenerla a salvo y el hermano Mag se enfureció cuando el monstruo intentó atacarla. Después de tanto tiempo sufriendo sin que sus padres la rescataran quienes habían llegado eran sus hermanos, ¿y qué si no eran humanos? La cuidaban y para ella solo eso importaba.
Las palabras de Bianca trajeron calma a los corazones de los tres reyes. Era curioso como la opinión de una niña se había vuelto tan importante para ellos en tan poco tiempo, pero por algún motivo no podían, ni querían, separarse de la pequeña que ahora los llamaba hermanos.
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Wenaaaassss
¿Qué tal el capítulo? Alfred me da un poco de pena, debido a la personalidad de Magnus es muy poco frecuente que necesite un guardaespaldas por lo que el pobre chico no tiene muchas oportunidades de brillar.
Lamento el retraso, pero ayer no me dio tiempo de corregir y publicar el capítulo.
Por si no lo recuerdan tanto la síntesis mágica como la majestad del dragón son habilidades de clases explicadas en el primer volumen.
Chicos una pregunta, ¿tienen alguna idea para nombrar el mundo de Ainz? Honestamente llamarlo "el nuevo mundo" no tendría sentido considerando que Magnus viajará a otros mundos que para él también serán nuevos.
Si les gusta la historia dejen una reseña y una piedra de poder.
Dejen sus opiniones en los comentarios.
Nos vemos!!!!
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