Magnus caminaba con paso sereno por las calles de Londres mientras tarareaba una canción, a su lado Bianca daba pequeños saltos y miraba con emoción a su alrededor y un poco detrás de ellos Alfred los seguía en silencio como se esperaría de su puesto como guardaespaldas y mayordomo del Gran rey.
Habían llegado a la ciudad en un vuelo esa misma mañana, y la pequeña estaba muy emocionada, ya que era la primera vez que salía de viaje, por lo que Magnus decidió llevarla a dar un paseo mientras sus esposas encontraban un lugar para alojarse.
Planeaban disfrutar de la ciudad por un par de días antes de ponerse en contacto con Daphne y los demás para comenzar su gira por la Gran Bretaña mágica al mismo tiempo que trataban de averiguar más sobre la asociación de hechicería cuya sede (o al menos una) también se encontraba en Londres.
Después de terminar los asuntos urgentes con el grupo de Daphne una semana antes, habían concentrado sus esfuerzos en comprender toda la información que poseía la familia Amato, no solo referente a su hechicería sino también sobre el mundo misterioso en general.
Resulta que, si bien no eran una familia prominente dentro del mundo misterioso, tenían cierto control sobre otros hechiceros que se habían establecido en la ciudad debido a que estos generalmente eran la primera o segunda generación de su casa y no podían desafiar a una familia establecida como los Amato. Así, extraoficialmente, la familia Amato se convirtió en la encargada de gestionar a los hechiceros de la ciudad.
Eso era tanto bueno como malo para ellos.
Por un lado, sabían cuántos hechiceros había en la zona, a que escuelas se dedicaban, su relación con la torre del reloj y demás. Por otro lado, debido a que actuaban como los encargados de la ciudad mantenían relaciones comerciales con muchos de esos hechiceros, lo que implicaba que pronto tendrían que encontrarse con ellos y asegurarse de que entendieran que eran los nuevos dueños de todo lo que alguna vez fue de los Amato y no causaran problemas.
Utilizar los recursos de los Amato eventualmente llamaría la atención de la asociación de hechicería y para ese momento era necesario que estuvieran lo suficientemente establecidos en este mundo para no dejarse arrastrar por el caos que se desataría.
Magnus no era un fan incondicional del Nasuverso en su vida anterior por lo que, aunque tenía conocimientos generales, le faltaba información sobre muchas cosas de ese universo lo que lo ponía un tanto nervioso, pero al mismo tiempo la incertidumbre de lo desconocido lo emocionaba y lo impulsaba a aventurarse.
Aun así, sabía lo suficiente sobre los hechiceros para entender que no eran las personas más cuerdas del mundo por lo que estaba intrigado por saber cómo actuarían con respecto a ellos, pero todo eso tendría que esperar ya que en ese momento tenía algo mucho más importante que hacer.
- ¿Qué te parece si vamos a comer un helado? – le preguntó a la niña que no soltaba su mano.
- ¿Helado? Sí, el helado es rico – Bianca esbozó una sonrisa brillante.
- De acuerdo entonces...
Sin embargo, antes de terminar la frase, la expresión en el rostro de Magnus cambió por completo volviéndose fría. Antes de que Bianca pudiera preguntar que ocurrió se encontró cargada por su hermano mayor y vio a Alfred de pie frente a ellos con una expresión molesta.
- No me gusta que me espíen – dijo Magnus en voz baja y profunda. – Sal ahora y tal vez todavía pueda darte una oportunidad.
- ¿Oh? Bastante valiente para un desconocido – respondió la voz de un hombre saliendo de las sombras. – Dime, muchacho, ¿entregarás ese código místico por las buenas o la pequeña dama tendrá que sufrir un poco?
El código místico al que se refería el hombre era el bastón en la mano de Magnus, el mismo que había estado usando en su forma humana como accesorio. En Yggdrasil fue uno de sus primeros equipos y solo era de rango superior con un efecto de aumentar el poder de la magia elemental; aunque hacía mucho tiempo que Magnus no lo usaba por su función sino por su estética ya que, para él, era un complemento perfecto para su aspecto noble.
El hombre era Thaddeus Rodt Gaiuslink, un miembro de una de las ramas de la familia Gaiuslink, una de las familias de los doce Lores de la torre del reloj a cargo del departamento de Zoología.
A pesar de lo que se podría esperar por su apellido, Thaddeus no era destacable en absolutamente nada, su habilidad era de tercera categoría y su hechicería podía ser superada incluso por alguien como Leonardo Amato, pero aun así el hombre tenía un ego muy grande debido al prestigio de su familia y solía usar el nombre Gaiuslink para amedrentar a familias que recién estaban empezando a surgir.
Varias familias habían visto sus arcas vaciadas y a sus mujeres violadas por no poder hacer frente a uno de los apellidos de mayor peso en el mundo de la hechicería.
Ese día, Thaddeus había salido de la torre del reloj furioso, luego de que el imbécil de Kayneth impidiera que se saliera con la suya con una estudiante recién ingresada. Su frustración e ira estaban en su punto máximo mientras caminaba tratando de calmar su mente y fue entonces que lo vio: un hombre vestido con un traje de tres piezas blanco caminando de la mano con una niña y quien debía ser un mayordomo un par de pasos atrás de ellos, pero lo que le llamó la atención a Thaddeus fue el bastón en la mano del hombre.
Después de haber "asegurado" tantos tesoros familiares en su vida había desarrollado una especie de sexto sentido para determinar el valor aproximado de los códigos místicos que se encontraba y ese bastón, sin duda, era de primer nivel lo que fue comprobado un momento después por una simple hechicería de análisis.
Thaddeus conocía todos los rostros importantes dentro de la torre del reloj, así como los nombres de las personalidades destacadas en el mundo misterioso y aun así no era capaz de reconocer a ese hombre por lo que pensó que debía tratarse de un hechicero de tercera generación como máximo que había conseguido semejante tesoro, por lo tanto, era su deber asegurar el código místico para que no le ocurriera nada.
Lo que no esperaba fue el puro terror que sintió cuando pronunció esas palabras.
- No eres más que un vulgar ladrón – Alfred habló y antes de que Thaddeus supiera lo que estaba ocurriendo sintió un dolor desgarrador proveniente de su mano derecha. – Ese es un castigo apropiado. Ahora vete, o la próxima será tu cabeza.
Ni siquiera pudo ver el arma, sino que vio la sangre cayendo a raudales desde el muñón en su muñeca derecha y su mano, cortada limpiamente, yacía en el suelo frente a él. Su cerebro tardó un segundo antes de entender lo que estaba ocurriendo y soltar un alarido de dolor mientras trataba de detener el sangrado frenéticamente.
Sus gritos eran tan fuertes que, si Magnus no hubiera establecido un campo acotado (maravillosa hechicería que descubrió en la biblioteca Amato) para mantener a los mundanos lejos y evitar que el sonido escapara ya tendrían una gran multitud de persona rodeándolos.
Thaddeus miró con odio a los dos hombres, pero se dio cuenta que tal vez no eran las víctimas indefensas que pensaba por lo que decidió retirarse por el momento. Sin embargo, no olvidaría la humillación que había sentido ese día y recordaría los rostros de quienes le hicieron eso, después de todo él era Thaddeus Rodt Gaiuslink y estaría condenado antes de dejar pasar una afrenta como esa. Por supuesto, olvidó convenientemente que fue él quien inició la disputa.
Cuando el hombre se fue, Magnus deshizo el campo acotado y se marchó con rapidez seguido de Alfred dirigiéndose hacia alguna heladería cercana, después de todo se lo había prometido a su linda hermanita.
Cuando llegaron a la heladería, Bianca preguntó:
- Hermano Mag, ¿era ese un hombre malo?
- Así es Bianca. Solo las malas personas quieren tomar las cosas de otros a la fuerza – respondió Magnus con naturalidad.
Al principio Magnus quería evitar que una niña tan pequeña como Bianca se viera arrastrada a situaciones peligrosas, pero después de la pelea en la mansión contra la creatura maldita la pequeña había insistido en querer aprender hechicería igual que sus hermanos mayores.
Resulta que desde que cumplió cuatro años su padre había abierto sus circuitos mágicos (otra diferencia entre magos y hechiceros) y había empezado a enseñarle los fundamentos de la hechicería, lo que la motivó a pedirle a Magnus que le enseñara; después de algunas charlas entre los tres, decidieron que era mejor enseñarle y guiarla ellos mismos que dejar que se aventure a aprender sola.
Además, este era un mundo peligroso y si bien no permitirían que le ocurriera nada mientras estuvieran con ella, no estaba de más darle herramientas para defenderse a sí misma. Al parecer la primera lección que aprenden todos los hechiceros es que "un hechicero camina con la muerte" y gracias a eso Bianca, a pesar de su edad, no tenía mucha reacción ante una escena como la de Alfred cortando la mano de un hombre.
Aun así, a Magnus no le gustaba que Bianca normalizara ese tipo de comportamiento, pero entendía que tampoco podía alejarla del mundo misterioso cuando ellos mismos planeaban adentrarse en él y por lo tanto era necesario que estuviera preparada para lo que podría ocurrir.
- ¿Has aprendido algo nuevo con tus hermanas? – preguntó Magnus cambiando el tema.
- Sí. La hermana Mor me enseñó a activar mis circuitos mágicos, aunque es doloroso, pero la hermana Mor dijo que pensará en algo para solucionarlo – respondió la niña con una gran sonrisa. – Y la hermana Tia me enseñó como hacer trucos con Gemm.
Magnus, Tiaamat y Morgan no tenían idea de cómo era la educación tradicional de los hechiceros y, por lo tanto, no podían enseñarle a Bianca de esa manera, pero siendo ellos mismos expertos en magia no había forma de que no fueran capaces de enseñarle a la niña.
Morgan se encargaba de la teoría mágica, así como de las bases de la hechicería (que ella misma estaba aprendiendo y adaptando) mientras que Tiaamat le enseñaba como usar la hechicería de su familia, la transmutación material, ya que con la construcción de su avatar era la más afín a ese tipo de misterio. Magnus por su parte le estaba enseñando el alfabeto rúnico básico de Yggdrasil, aunque aún no le permitía usar ningún tipo de magia rúnica a menos que él estuviera presente. Incluso Amriell, Lilith y Alfred la ayudaban a aprender y practicar en las tardes.
Por supuesto que teniendo solo una semana (y las pocas sesiones con su padre) Bianca ni siquiera podía llamarse usuaria mágica, pero considerando que era una niña de solo 5 años y ya era capaz de acceder a sus circuitos mágicos, así como de realizar algunos hechizos básicos de transmutación bien podrían llamarla un genio.
"¿O tal vez se debiera a que somos sus maestros?" pensó Magnus.
Después de todo uno era un "Dios rúnico" la segunda era una "Artesana divina" y la última literalmente tenía el mismo título que la afamada raíz "Akasha".
Aunque no estuvieran usando sus habilidades de clase activamente, todavía existían muchos factores desconocidos sobre las autodenominadas "clases divinas", sin mencionar que en el Nasuverso existían dioses reales lo que podría, o no, empoderar sus clases.
"Son pensamientos para después" se dijo y trató de distanciar su mente de esas cosas.
Después de un rato de charla ociosa acompañada de helado Magnus le ordenó a Alfred que tomara a Bianca y se la llevara a la que sería su residencia durante su estancia en Gran Bretaña, una pequeña mansión rural ubicada entre Surrey y un pueblo llamado Little Hangleton.
Cuando ambos se hubieron ido, Magnus dibujó una única runa sobre la mesa, estableciendo un campo acotado a su alrededor antes de hablar aparentemente solo.
- Ahora que se han ido, ¿me dirás por qué me llamaste? – preguntó Magnus y de repente un anciano apareció en el asiento frente a él.
- Vamos, no seas tan impaciente. Por lo menos deberías invitarme algo para empezar la conversación – dijo el anciano sin prestar atención a la pregunta.
- Supongo que la paciencia es una virtud – Magnus se encogió de hombros y llamó a una camarera para que le tomara el pedido al anciano. – Pero no me puedes culpar, después de todo recibir una invitación de una de las potencias de este mundo no es algo que ocurra a menudo ¿cierto?
- ¿Potencias de este mundo? No te consideras una potencia o no te consideras de este mundo ¿cuál será? – la sonrisa en su rostro nunca disminuyó.
- ¿Por qué hacer una pregunta cuya respuesta ya sabes? Estoy seguro de que conocer a Lilith ya te dio suficientes datos para trabajar.
- Je, encantadora jovencita esa sirvienta demonio, aunque el nombre me puso un poco nervioso.
- Bueno, considérame sorprendido. Nunca pensé que escucharía algo así de ti Zelretch.
Porque sí, frente a Magnus se encontraba el único Kischur Zelretch Schweinorg, el famoso segundo MAGO en el mundo misterioso.
Cuando Lilith salió a hacer reconocimiento en Stresa inesperadamente (para ella, por supuesto) se topó con un vampiro curioso que le dio la sensación de ser extremadamente más fuerte y peligroso que cualquier persona que hubieran conocido en ese mundo hasta el momento. Sin embargo, el anciano no la atacó y solo le pidió concertar una reunión con su maestro lo que la confundió, pero aun así transmitió el mensaje.
Magnus aprovechó el momento para utilizar sus [Ojos de dragón].
{Kischur Zelretch Schweinorg - Apóstol muerto
Nivel: 77
Títulos: Kaleidoscopio; Segundo MAGO; Hechicero marshall; Hechicero de las joyas.
Afinidad: Espacio; Tierra; Oscuridad.
Clase: Maestro hechicero}
Bueno eso era interesante.
Tener el nivel 77 ya decía mucho sobre su poder considerando que se supone que el "misterio" está en decadencia en este mundo, y el mérito se vuelve doble cuando se tiene en cuenta que Zelretch perdió parte de su poder en la batalla con Crimson Moon. Lo que no sabía era que significaba exactamente su clase ya que no existía en Yggdrasil por lo que la examinó más de cerca.
{Maestro hechicero: Aquel que ha dominado su misterio hasta el pináculo y más allá. Su dominio en su arte es incomparable y otros solo pueden seguir sus pasos.}
Si algo le había quedado claro a Magnus era que mientras más ambiguas fueran las descripciones, más poderosos tendían a ser los efectos y esa descripción era increíblemente esclarecedora y ambigua al mismo tiempo lo que lo dejo entre el llanto y la risa.
- Y yo no pensé que sería conocido incluso en otro mundo – contestó el anciano devolviéndolo al presente ya que su análisis transcurrió en menos de un suspiro gracias a la [Aceleración del pensamiento] otra hechicería muy práctica que no existía en el juego y aprendieron de la biblioteca Amato.
- ¿En serio? Tú, el segundo MAGO verdadero, maestro de la operación de mundos paralelos, pensó que no sería reconocido en otros mundos – Magnus habló con sarcasmo.
- En mundos donde esos títulos significan algo, claro que soy reconocido, pero tú y yo sabemos que no todos los mundos funcionan de igual forma y, por lo tanto, no en todos mi nombre se extendió y ya que no sé quién eres por ninguno de mis otros yo, entonces asumo que eres de un mundo en el que yo no existo – Zelretch, explicó. – Entonces, ¿cómo me conoces?
- He visto este mundo antes, o al menos algunas versiones de él, y aunque nunca antes había venido sé una o dos cosas – Magnus sabía que Zelrethc era un viejo monstruo en más de un sentido y mentirle no tendría ningún beneficio, por el contrario, si lograba atraer la atención del Hechicero Marshall podría ayudarlo a mejorar su hechizo [Bifrost]. – Ahora, ¿serías tan amable de decirme por qué querías que nos reuniéramos?
- En primer lugar, quería saber qué tipo de personas eran los que, igual que yo, habían dominado la segunda magia y cruzado desde su mundo hasta este y, en segundo lugar, quiero saber más sobre el mundo del que vienes ya que no creo que haya visto nunca a seres como tú y tus esposas. Espero que no te importe – dijo con una sonrisa macabra en el rostro.
Lo que no se dijo, pero se entendió, fue que si hubieran sido alborotadores que solo quisieran causar caos ese mismo anciano tomaría cartas en el asunto. A Magnus no le molestaba eso ya que tenía una idea sobre la personalidad del MAGO frente a él, pero la primera parte de lo que dijo lo dejó preocupado.
No solo Alaya (y probablemente Gaia) notaron su llegada a este mundo, sino que incluso Zelrethc se dio cuenta a pesar de las medidas que Magnus tomó para evitar esa situación. Dándose cuenta de que su hechizo no era tan hermético como pensaba, Magnus decidió dedicarle tiempo a encontrar una solución para el problema.
- No me importa, pero quiero un favor a cambio.
- ¿Oh? ¿qué favor sería ese?
- Simple, mi familia Acser debe ser reconocida por tu asociación de hechicería – dijo Magnus sin vacilación. – No me importa si no tenemos un alto estatus ya que podemos conseguirlo nosotros mismos, pero quiero que sepan que la familia Acser es oficialmente parte del mundo misterioso.
- ¿Puedo preguntar el motivo? – Zelretch tenía una expresión seria por primera vez en la conversación, algo como eso no sería sencillo, ni siquiera para él.
- Es sencillo. Todo lo que antes pertenecía a la familia Amato en Italia está bajo mi control en este momento, pero si la asociación se entera de esto podrían usar el hecho de que no somos una familia de hechiceros para tratar de apoderarse de todo – comenzó a explicar el brujo. – Por supuesto, preferiríamos evitar problemas, pero si es necesario destruiremos una o dos familias, tener algo de fama o infamia podría ser muy útil para evitar ese tipo de desenlaces más adelante.
Zelrethc se dio cuenta de que ese no era el verdadero motivo, pero no insistió en el asunto ya que tampoco le concernía y, aunque un poco complicado, no era del todo imposible. Al final, el anciano aceptó la condición de Magnus y le prometió hacer un par de visitas para conseguir el estatus de hechiceros para su familia.
Después de eso, hablaron un poco más sobre diversos temas, desde mágicos hasta mundanos, como si fueran dos amigos que se conocían desde siempre. Magnus entendió detalles de la magia espacial que antes no dominaba; con su [Dominio del espacio] tenía el conocimiento, pero no la comprensión de algunos conceptos, de allí que fuera incapaz de mantener oculta su llegada a este mundo de alguien como Zelrethc que era el mayor experto dimensional en este mundo.
Magnus estaba seguro de que Zelretch "dejó caer" varios datos que el desconocía no solo sobre la operación de mundos paralelos sino del mundo en general, como forma de facilitarle las cosas y entre esos datos había uno que le parecía muy interesante: la cuarta Guerra del Santo Grial de Fuyuki tendría lugar dentro de poco.
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Wenaaaassss
¿Qué tal el capítulo? por si no quedó claro MAGO, en mayúsculas, hace referencia a usuarios de verdadera magia del Nasuverso mientras que mago, escrito con normalidad, se refiere a los del mudo de HP.
¿Magnus debería participar en la guerra del santo grial? (4ta)
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Nos vemos!!!!
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