Sonó una trompeta de guerra griega a orden de su rey, estaba por anochecer y las tierras baldías eran de temperaturas extremas sea de noche o de día.
Grandes fogatas se encendieron y algunas se colocaron en el suelo más lejos del campamento para calcular las distancias y ver al enemigo.
"mí rey Arkon, la comida estará lista en un rato." Comentó un hoplita cocinero.
Arkon solo asintió y se recostó en la melena de Rexes y este también se acostaba, pero sus orejas estaban atentas ante el más mínimo ruido.
Pero pequeño descanso fue interrumpido por un kataskopos a Pegaso, el rey se levantó y el hombre informó.
"mi señor Arkon, el norte fue desvalijado de orcos y los asentamientos están siendo ocupados por el imperio y los enanos aliados de Belegar, pero se espera que un waagh aparezca a reconquistar ese terreno.
El norte del rey Belegar estará un poco desocupado por el momento, pero del noreste están apareciendo skavens que es un peligro para todos, lo cual podríamos llegar a ver enanos peleando tanto al norte como en el sur de su territorio y en el nuestro.
Pero estos son demasiados numerosos, y por lo que tenemos confirmado es que el clan del sur son del clan Mors, ellos se encargan de bestias mutadas que no parecen tener fin." Dijo el hombre vestido con un abrigo de piel debido al frío extremo.
"¿Qué hay de los orcos del sureste?" preguntó Arkon.
"por lo que sabemos a través de informantes nuestros y de Belegar es que están dando mucha batalla a los skaven." Dijo el hombre y este se retiró debido a la orden que le dio su rey.
Arkon vio como los hombres armaban pequeños círculos para comer y beber y descansar para mañana.
El siguiente día era de batalla y sería las últimas pruebas de la artillería en rendimiento en campo real.
Pronto se le trajo su comida como la de Rexes, después de comer se fue a dormir.
El amanecer mostró su presencia, y aquellos que aún estaban adormitados, la trompeta de guerra sonó y los levantó en un instante.
Las helipolis son la primera línea del ejército debido a su defensa y rango de ataque, las hidras que en sus espaldas cargan los cañones estaban detrás de todo.
Y pronto comenzaron a vislumbrar la ciudad orca cerca del mar, con rapidez se hizo la formación y las helipolis no dejaron de avanzar.
Los orcos en las torres de defensa de su ciudad ya los habían visto y dieron la alarma, pero antes de que pudieran atacar sus torres fueron receptores de proyectiles de hierro y fuego.
Con la ayuda de los cíclopes, los cañones fueron llevados al suelo y los soldados de proyectil fueron a hacer lo suyo.
Y como en las pruebas de puntería, dieron en el blanco y sin errores.
Los minotauros fueron hacia la puerta de la ciudad del lado este, y los cíclopes del lado norte y con ellos iban los hetairoi arriba de leones de nemea.
Los hipaspista subieron a los muros con escaleras y las helipolis seguían disparando ahora en la ciudad, destrozando casas toscas y demás edificios que solo tenían sentido para los orcos.
Los hoplitas reemplazaron los lugares con los hetairoi y formaron muros de escudos y detrás de ellos estaban los toxotes y peltastas con sus rifles.
Los orcos negros de la ciudad tenían armaduras gigantes que recubrían todo su cuerpo, pero la precisión de las unidades de proyectil solo tenía que esperar y disparar a tiempo para destruir sus corazones y gargantas.
Los hipaspista estaban arriba de los muros peleando con los orcos que había como sus arqueros orco y su contraparte salvaje.
Los gigantes salvajes que había fueron despedazados por los cíclopes, los arqueros goblins arriba de arañas fueron empalados por las mantícoras.
La retaguardia de los orcos fue atacada por los pegasos montados por hippikones y hetairoi.
Los pródromos atacaban de sorpresa en cada esquina a los jinetes goblins en lobo y a los orcos arriba de jabalíes.
Las quimeras prendían fuego a las arañas arachnarok, su parte serpiente inyectaba su veneno ignífugo a todo aquel que mordía, su parte león las despedazaba con dientes y garras.
Y la cabra solo gritaba o agarra del hombro a un goblins para zamarrearlo.
Las demás unidades de proyectil hacían ataques de ir y volver a los pieles verdes o en algunos casos los convertirán en piedra.
Después de tres horas, la ciudad fue totalmente conquistada y como antes todo fue envuelto en luz divina y se transformó en una ciudad griega básica.
Arkon lanzó el poder divino de la recuperación y las heridas tanto leves como graves fueron curadas en pocos segundos sin embargo no se podía traer de vuelta a los muertos.
Sacó su rollo y comenzó a ordenar las construcciones de la ciudad y reordenarla tanto por comodidad como para defenderla más fácilmente por la guarnición.
"mí señor Arkon, la ciudad está lista para defenderse sola ¿tomamos el descanso como siempre o partiremos?" preguntó un capitán hoplita.
"descansaremos, a nuestra posición vendrá dos colosos para defender las cercanías de la ciudad junto con tropas de refuerzo tanto para nosotros como para cualquier ciudad.
Y dile a Ulises que será el gobernado de Micenas." Dijo Arkon mientras agarraba las riendas de Rexes y se dirigía a sus aposentos.
"se hará mí señor." Dijo el capitán hoplita a dejar las órdenes de su rey.
Sin embargo, en el camino, un kataskopos a Pegaso llego desde el aire, y con el traía consigo varias cartas, pero una de ellas era importante.
"mi señor Arkon, un mensaje de Belegar sobre las tierras del sur." Dijo y Arkon solo dijo que la leyera de forma resumida.
"los vientos de magia se están reuniendo en los desiertos del sur, aunque hay reyes funerarios debido a estos los más poderosos comenzarán a despertar.
Y entre ellos hay que preocuparse por dos, Settra el imperecedero, el conocido rey de reyes y Arkhan el negro, el discípulo de Nagash." Informo el explorador.
"está bien, diles a los gobernantes de todas las ciudades que envíen diez colosos de plata a Micenas, cinco en la ciudad y el resto alrededor." Dijo Arkon mientras se llevaba las cartas.
"mi señor hay otro informe de gran importancia." Dijo con urgencia.
"¿cuál?" preguntó él.
"el caos mí señor, un coloso de Megara asesino a un ciudadano en mitad del día, matando tanto a él como a su familia debido a que también siguieron al hombre los susurros del caos señor ¿Qué quiere hacer mí señor?" preguntó esperando órdenes.
"¿Qué tan destrozados están estos cuerpos y cómo eran?" preguntó el rey solemne.
"una familia de seis mí señor, los progenitores, dos hijos y dos hijas, todos están partidos a la mitad, pero podemos coser sus cuerpos." Dijo con rapidez.
"está bien, que cuelguen sus cuerpos en la plaza central y muestren de las consecuencias de seguir el caos, que la sacerdotisa del templo principal de Megara vaya y dile a Hipatia que vayan a destruir los restos del caos en esa casa" dijo Arkon.
"a sus órdenes mí señor." Dijo el hombre mientras se iba con su Pegaso volando debido a que aún no estaba construido el pasaje del inframundo.
Arkon llegó a sus aposentos y abrió el pergamino y apareció un nuevo aviso, corrupción decía, él lo toco con sus dedos y estos se expandieron en siete.
Corrupción del caos común y las cuatro derivaciones de los cuatro dioses oscuros, corrupción de skavens y de los condes vampiros.
Y lo único que había era del caos común con un diez por ciento, haciendo que las venas de la frente de Arkon aparecieran con fuerza.
El resto solo tenían signos de interrogación.
Al ver esto, llamó a varios hetairoi arriba de pegasos.
"ordene mí rey." Ellos dijeron apenas llegaron a los aposentos de su rey mientas que sus corceles alados esperaban afuera.
"el caos comenzó a asediar Grecia, una familia ya fue asesinada por un coloso, quiero que informen a todos sea humano o bestias míticas, que la mínima sospecha avisen con ruido.
Descubran también si hay corrupción skaven y de los vampiros en nuestras tierras, espero un informe en tres días." Dijo con seriedad y solemnidad haciendo que los soldados se pusieran firmes.
"se hará mí señor Arkon." Dijo el hetairoi.
Pocos después vieron como los pegasos volaban por el cielo aún resplandeciente por el sol.
Él suspiro con frustración al menos tuvo una buena noticia, los reyes funerarios principales aún no habían despertado, pero solo era cuestión de tiempo.
Sin embargo, debido a eso, nadie sabe cuándo despertarían y eso significa que debía aumentar el ritmo de conquista de las tierras baldías.
Cuando fue a afuera y se subió a Rexes, mientras leía las cartas de los gobernantes que escribieron peticiones de los ciudadanos.
Debería de empezar a construir relaciones diplomáticas con las fuerzas del orden tanto humanas como elfos y hombres lagartos.
Mientras escribía respuesta en borrador para las cartas, un soldado hippikon arriba de un león de nemea llego a su posición.
"mi rey Arkon, llegaron los refuerzos de las ciudades, podemos seguir conquistando las otras ciudades." Dijo el hippikon.
"está bien, prepara las tropas partiremos en diez minutos." Dijo Arkon y el soldado se fue corriendo.
Durante su camino a la puerta de la ciudad, un héroe o más bien Aquiles comenzó a seguirlo a su lado.
"Arkon ¿Qué te preocupa?" preguntó sin desviar la mirada del camino mientras los dos veían a los soldados formarse para salir.
"el caos amigo mío, debería aumentar las sesiones de combate contigo Aquiles, eres mí mejor guerrero." Dijo Arkon.
"¿por arriba de Heracles?" pregunto divertido.
"él es fuerte debido a su fuerza monstruosa, tú sabes pelear y él solo necesita un golpe con su maza para destruir un escudo de hierro." Respondió Arkon.
"te ayudare, pero a cambie quiero una mujer." Dijo Aquiles mientras sonreía.
"¿Quién se te resistirá? ¿Circe? ¿Hipatia? ¿Atalanta o Hipólita?" dijo Arkon nombrando a las mujeres más destacadas.
"no, Circe está enamorada de ti, Hipatia es solo una niña con poderes mágicos recién descubiertos, Atalanta y Hipólita tuvimos roces, pero quiero a alguien de mí estatus." Dijo como si fuera la verdad absoluta.
"¿a quién buscas? ¿de otros reinos? Tendríamos que mejorar relaciones con ellos para conocer mujeres de renombre." Dijo Arkon.
"¿y que esperas? ¿Qué venga uno de nosotros a decirte explícitamente que queremos ir? Eres el rey de Grecia, el poder absoluto de estas tierras e incluso algunos dicen que eres hijo de Víctor Securis." Dijo Aquiles.
"… no es sencillo, pase de ser un joven príncipe a un rey en menos de dos meses, todavía tengo cosas que aprender, bien, cuando terminemos con la conquista, haré que algunos filósofos gobiernen.
En cambio, ustedes héroes de Grecia tendrán que ir como diplomáticos en nombre mío, y tal vez conozcas el amor verdadero, idiota promiscuo." Dijo Arkon al final sonriendo.
"eso es un paso, ahora bromeas, pero cambiando de tema, no te permitiré descansar, te entrenaré día y noche para que seas el mejor." Dijo con seguridad Aquiles y pronto el ejercito griego marcho al sureste.
Después de un día de marcha continúa soportando vientos abrasadores de día y vientos helados y afilados de noche, en la mañana siguiente llegaron noticias del frente.
Un regimiento de hippikones a Pegaso llegaron a dónde estaba el rey, es decir, al frente de las líneas.
"mi señor Arkon, estamos en problemas, un gran waagh se está reuniendo en la ciudad orca, incluso vimos docenas de bestias en el aire, numerosos gigantes y ídolos de piedra." Dijo el capitán hippikon.
"está bien, que todos se formen como estaba previsto. Los proyectiles al frente y que luego sean reemplazados por la infantería.
La artillería en la retaguardia y la caballería en los flancos y en el aire." Dijo Arkon con mucha energía en su voz.
El gran ejército griego comenzó a moverse con velocidad sin dejar de avanzar.
Los soldados a distancia como los toxotes, peltastas y gastrafitas comenzaron avanzar con fuerza y terminaron en la primera fila.
Sus rifles de larga distancia de repetición y con mira comenzaron a medio levantarse, pero no al nivel de disparar inmediatamente.
Los cañones ya fueron calibrados y las mantícoras ya prepararon sus colas lanzadoras de espinas que perforaban un cañón.
Los centauros ellos estaban en los flancos con sus rifles en mano y sus arcos en sus espaldas.
Las medusas ellas también tenían rifles, pero ellas estaban detrás de la infantería por si tenían que usar su mirada petrificar a un monstruo o cualquier orco que se acerque peligrosamente.
La primera línea eran los hoplitas con sus lanzas al nivel del pecho del orco, los hipaspistas estaban detrás de ellos para pelear contra la infantería ya que para eso se entrenaron.
Y los mirmidones se moverían en donde se lo requería en campo de batalla.
Los hippikones tanto en pegaso como en león de nemea eran la caballería de choque y atacar y retirarse respectivamente.
Los pródromos estarían concentrados con la caballería orca como jabalíes, lobos o arañas.
Los hetairoi era la caballería de elite donde se los podía dejar y mantendrían la línea o la romperían aún sin cargar.
Los minotauros estarían concentrados contra los trolls de los pieles verdes, los cíclopes con los gigantes salvajes y ídolos de piedra.
Las hidras atacarían las líneas de los orcos, y arriba de estás soldados de proyectil atacan sin apuntar a sus enemigos.
Las quimeras se concentrarían a las bestias tanto de tierra como las arañas arachnarok y las bestias del cielo de los pieles verdes.
Los héroes de Grecia se esparcieron por el campo de batalla tanto en la primera línea, arqueros y caballería.
Arkon bajó la máscara de su casco espartano de cresta blanca, pudo ver a lo lejos la pequeña forma de la ciudad orca e incluso las dos montañas que la protegían se volvían más grandes.
"debería de construir una muralla aquí" murmuró él mirando las dos montañas gigantescas.
Sin embargo, su vista comenzó a mostrar algo más, algo verde.
El gran waagh de los orcos de estas tierras al parecer recibieron noticias de sus conquistas y hazañas en batalla, lo cual se reunieron con un caudillo orco y vinieron a pelear.
Una gran marea verde que no tenía fin.
Arkon ordenó el alto y todos en un solo movimiento se detuvieron, el viento abrasador golpeaba y tocaba la piel y los músculos de todos.
La tierra comenzó a temblar por todo el movimiento de los orcos que ya detectaron su presencia.
Arkon levantó su brazo y la artillería comenzó a disparar sin piedad y casi sin apuntar con precisión.
Grandes bolas de cañones pasaron por arriba de sus cabezas e incluso las brasas de los disparos de cañones de fuego tocaron la superficie de las armaduras de todos.
A lo lejos vieron como caían los pieles verdes y volaban junto con escombros o como intentaban apagar el fuego de sus cuerpos.
Los siguientes en disparar fueron las mantícoras, una gran nube negra de formó en el cielo y cayeron sobre los pieles verdes.
Los orcos negros los mejores de su especie cayeron debido a que las púas perforaban sus armaduras pesadas, los gigantes orcos también cayeron y ni hablar de los orcos salvajes.
Las balistas de repetición apuntaron a los gigantes salvajes y arañas, algunos cayeron debido al peso del proyectil al tocar su cuerpo, otros murieron directamente.
Al llegar el umbral de trescientos metros, la infantería de proyectil de Arkon comenzaron a disparar sin apuntar debido a que los orcos estaban amontonados.
El humo salió de sus cañones y era lo mismo de la artillería que está en la retaguardia.
Cuando estaban a cien metros estos hombres retrocedieron y los hoplitas prepararon sus lanzas con su mano izquierda y en medio de sus piernas.
Y con la mano derecha tenían agarrado del mango su espada, su mirada no estaba nerviosa debido a la marea verde.
La recompensa de esta batalla sería un lugar seguro para sus familias y amantes o incluso para las generaciones futuras.
Y pagarían con gusto el precio con su sangre o con la del enemigo.
Las mantícoras no dejaban de enviar espinas de sus colas, los cañones y armas de fuegos no dejaron de disparar.
Algunas incluso pasaban mortalmente arriba de las cabezas de los soldados, pero estos no se movían, pero podían sentir el proyectil pasar por arriba de sus cabezas.
Y antes de que pudieran reaccionar su piel se volvió de oro, ya no sentían el viento tocar su piel e incluso su mente comenzó a endurecerse y concertarse en la misión actual, matar al enemigo.
Cuando pensaron que sus lanzas se romperían por la mitad, estás ni siquiera llegaron a deformarse, vieron como los orcos fueron empalados.
En un instante comenzó la lucha.
La larga línea de hoplitas detuvo por completo el avance de los orcos con su formación de escudos y lanzas a la altura del pecho de los orcos.
Cuando los orcos chocaron con los suyos que fueron empalados retrocedieron debido al impacto de un muro inamovible y antes de pudieran avanzar, los hipaspistas y mirmidones saltaron o pasaron por los cuerpos de los orcos negros y gigantes orcos.
La artillería orca comenzó a hacer estragos detrás de las filas del ejército griego, enviando proyectiles de roca o goblins.
Los trolls querían avanzar, pero fueron detenidos en seco por minotauros quienes los enviaron a volar a ellos y aquellos estaban cerca.
Algunos murieron por la caída por aterrizar mal otros solo se levantaron y movían sus mazas de piedra.
Los gigantes salvajes se dirigieron a los cíclopes que los superaban un par de metros en altura, pero podían moverse mejor, pero de vez en cuando se comían un golpe de los gigantes salvajes.
Los pródromos debido a su entrenamiento estaban exterminando a la caballería enemiga con agilidad en sus movimientos.
Sus lanzas bendecidas con magia podían perforar las armaduras y moverlas de forma que no eran posibles para atacar el cuello o las articulaciones.
Junto que estaban arriba de los leones, los orcos que sobrevivían pero que caían de su montura fueron asesinados por las bestias doradas.
Y del cielo cayeron haces luces que curaron las heridas de cualquier índole, pero al instante siguiente las magias chamánicas orcas cayeron sobre los soldados griegos.
Los héroes griegos estaban peleando con los orcos bajo al mando del caudillo orco mientras que los magos de este último estaban moviéndose de un lado a otro debido a sus monturas.
Arkon por su parte estaban asesinado orcos con su lanza de hierro puro y debido a que había ganchos en armadura y la silla de Rexes, este solo tenía que hacer fuerzas en sus piernas para no estar colgado.
Cuando vio a un grupo de trolls de piedra rezagados yendo a su dirección, ordenó a Rexes que lanzada un rugido.
Y este inflo su pecho y levantando su cabeza lanzó un rugido que incluso movió el polvo en donde estaban.
Toda la marea quedó aturdida, nadie se salvó y los griegos aprovecharon a matarlos.
Las medusas una por una convirtió en piedra a los trolls y debido a su peso, estos de resquebrajaron y de rompieron en pedazos.
Los wyverns salvajes de los orcos hacían estragos en las filas de cualquier lado del campo de batalla sin embargo están fueron retenidas por las quimeras.
Debido a que se igualan en tamaño, hicieron que los dos lados tuvieran soldados volando sin embargo las contiendas estaban del lado de la quimera.
Debido a que la mayor parte de su cuerpo es de león, las garras abrían la piel escamosa y de piedra del Wyvern.
Pero su cuello era el objetivo de la bestia de tres cabezas de león, cabra y dragón.
Y cuando está cayó debido a que el león lo chocó con su cuerpo, dejo en descubierto su cuello y sin pensar fue a este.
Al cerrar su mandíbula y debido al filo de sus dientes, se cerró la vía respiratoria y se llenó de sangre haciendo que se ahogue, pero está estaba moviendo todo lo posible sus alas o sus piernas.
Sin embargo, fue asesinada por completo cuando la cola de la quimera comenzó a expulsar fuego de su boca en la cabeza del Wyvern.
Está murió rostizada y cuando la quimera fue a buscar otro objetivo su cuerpo fue levantado por dos patas de un Wyvern diferente.
Y con fuerza voló en el aire y con la altura suficiente soltó a la bestia que tenía en sus patas y está murió en el impacto haciendo volar o aplastar a los que estaban debajo.
Sin embargo, esta fue inmediatamente atacada por cinco mantícoras en pleno aire, estás desplegaron sus alas y con sus colas perforaron sus escamas y murió empalada y terminó cayendo arriba de un Minotauro.
Pero este no se mosqueo y solo saco el cuerpo de arriba suyo y con fuerza blandió su hacha y de un golpe partió por la mitad a un troll.
Al ser un primerizo estaba bien, aún le faltaba mucho para ser igual de grande y fuerte que sus congéneres.
Con sus cuernos gigantes y afilados levantó a numerosos orcos negros que iban hacia él y sin esquivar recibió por completo el golpe de maza de un troll de piedra.
Pero su armadura de oro lo protegió tanto su piel como sus órganos por completo, con su mano izquierda y con su brazo derecho blandió su hacha gigante de oro y le abrió desde el hombro hasta el pecho al troll.
Lo dejó moribundo y fue a otro objetivo, pero fue sacado de su miseria cuando un mirmidón le clavo sin fuerza su espada.
Varios orcos gigantes fueron hacia él, pero con velocidad y agilidad evadió sus ataques y con fuerza les cortó las cabezas o clavaba su espada en sus pechos o corazones.
Sin embargo, aun cuando su guardia estaba levantada y miraba para todos los lados no se dio cuenta que un orco negro levantó su hacha gigante que portaba con sus dos poderosas manos.
Pero este cayó debido a un hipaspista que le clavo su espada en la nuca del orco una y otra vez.
El orco cayó y el soldado fue invadido por goblins nocturnos que tenían espadas envenenadas, pero más compañeros de otros regimientos fueron ayudarlo.
Un troll estaba a punto de mandar a volar a los hipaspistas, un león lo atacó por detrás y con los ojos abiertos, los soldados vieron como el hetairoi le cerceno la cabeza con dos espadazos.
Estos solo le agradecieron asintieron y el jinete de león hizo lo mismo, poco después escuchó a su capitán de retroceder y atacar la retaguardia de los orcos.
Algunos orcos querían pararlos con sus armas como hachas o lanzas, pero estás se rompieron cuándo tocaron la piel del león y el jinete en venganza los mato a los que podía llegar.
La artillería tanto orca como goblin estaba siendo asediada por los hippikones arriba de pegasos, poco después de exterminarlos fueron al aire y chocaron con la infantería de proyectil del waagh.
Atalanta estaba con los hoplitas asesinando de en par en par a los orcos con rapidez y agilidad y cuando estaba por ser atacada, docenas de lanzas aparecían para defenderla.
Hipólita con la infantería de proyectil poseía un rifle a distancia y sin usar una mirilla golpeaba por completo la cabeza de su objetivo.
Hércules batallaba con los trolls por sí mismo y con su fuerza los mandaba a volar tanto a estos como a otros.
Aquiles combatía de forma singular con generales del caudillo orco, y cuando los encontraba interesantes bajaba de su caballo y peleaba de forma sería con ellos.
Sin embargo, cuando las flechas que golpeaban su piel se rompían debido a su bendición por los dioses.
Las arañas arachnarok tuvieron fuego concentrado por los cañones de llamas, estás al ser incendiadas corrieron por todos los lados chillando de dolor mandando a volar a todo lo que se interponía en su camino.
Los ídolos de piedra debido a que se reconstruían por sí mismo con su magia, no les importaba desarmarse asesinando a los suyos y a los griegos.
Y cuando se rearmaba, mandaba a volar a muchos por el camino, sin embargo, para no causar más estragos los cíclopes con su fuerza titánica los levantaron un brazo y los mandaba a volar lejos del campo de batalla e iban corriendo hacia ellos con sus mazas de madera o armas de hierro.
Estos recibían fuertes golpes de los ídolos de piedra haciéndolos arrodillar del dolor, pero se levantaban con rapidez, pero sosteniendo las zonas del dolor con sus manos.
Sin embargo, en otros casos, estos apalizaban sin parar a los ídolos, no los dejaban reconstruirse debido a que aplastaban estás rocas con fuerza con sus armas o pezuñas.
Arkon por su parte tanto como guerrero y como mago, lanzaba sus poderes continuamente cuando podía como el poder divino de la recuperación o piel de bronce.
El poder de maldición la había usado como castigo a los criminales para que sientan vergüenza, pero si no fuera por Circe que los devolvía como humanos, este castigo solo estaría a los mayores criminales como asesinos o violadores, o cualquier crimen de nivel alto.
En veinte minutos se descubrió que los griegos estaban ganando, los orcos estaban disminuyendo en números y fuerzas de calidad.
Sus gigantes algunos murieron empalados, cortados o convertidos en piedra.
Las arañas fueron prendidas fuego y sus wyverns fueron despedazados por las quimeras.
Los orcos negros fueron aniquilados por los mirmidones, su caballería fue asesinadas por los pródromos, hippikones y hetairoi.
Sin embargo, el caudillo orco no se rindió al igual que sus chamanes orcos y goblins.
Lanzaban hechizos que distraían a los soldados y bestias de Grecia, mejoraban a los suyos o lanzaban hechizos como el pie de un orco que mandaba a volar a los soldados humanos.
Proyectiles mágicos que impactaban en alguna mantícora que moría y demás.
Sin embargo, en poco tiempo exterminaron a todos los pieles verdes.
La cabeza del caudillo orco fue cercenado por Arkon quien tuvo un combate singular desde arriba de sus propias monturas como a pie.
El resoplaba del cansancio e inhalaba con fuerza y exhalaba del mismo modo, se arrodillado con una pierna y uso su espada como bastón.
Su vista estaba en la ciudad orca y al levantarse abrió su pergamino y lanzo el poder divino de la recuperación.
El cansancio, estrés y heridas se fueron de su cuerpo, pero no se podía decir lo mismo de los cuerpos en el campo de batalla.
Pero sin importarle, Arkon se subió a Rexes y comandó a sus tropas restantes a la ciudad.
Los soldados sin sentimientos o emociones de pérdida, se formaron con rapidez y marcharon, los cíclopes subieron la artillería en las plataformas de las hidras y avanzaron.
Para cuando se hizo de noche la ciudad fue conquistada y como antes, la ciudad comenzó a brillar por completo y fue reemplazada por estructuras griegas.
Arkon, a las afueras convocó el poder del señuelo y cientos de animales se acercaron, las granjas comenzaron a trabajar y hacerse.
Después de tres horas de construir y reordenar la ciudad Arkon le dio hambre y fue lo mismo para Rexes, de cena había vegetales y frutas junto con panes y grandes cantidades de carne tanto para el jinete como la montura.
Después de comer, Rexes se quedó masticando los huesos y Arkon fue a asearse tanto los dientes como el sudor y sangre de su cuerpo.
Y aprovechando lavó y limpió sus armas y armadura de la sangre seca, tierra y polvo.
Para cuando terminó su puerta fue tocada con fuerza y hace mucho tiempo que Rexes se había quedado mirando fijamente la puerta.
"mí señor Arkon, se le trajo un informe sobre la corrupción de toda Grecia y sus fronteras mí señor." Dijo desde detrás de la puerta de hierro.
El rey lo dejó pasar y dejo los informes en la mesa de mármol.
Al leerlos notó que no había rastros de corrupción vampírica, pero había rastros de skaven en las fronteras sureste casi tocando el territorio de Belegar.
Pero lo que más temía era la corrupción del caos, una familia ya fue infectada y su casa fue limpiada por completo.
Y como decía las historias, los colosos fueron los primeros en informar sobre esta familia corrompida.
Sin pensar los asesinaron sin piedad destruyendo su casa sin miedo a las consecuencias.
Los cuerpos fueron cosidos y empalados en la plaza principal de Megara, sus cuerpos fueron vistos por completo, pero no solo eso, sino mostraban también las consecuencias de seguir el caos.
Sus cuerpos eran deformes con extremidades grandes, un ojo de más, perdidas de cabello, dientes filosos que desfiguraban sus rostros, lenguas alargadas.
Sin embargo, algo era característico, pus.
Arkon se dio cuenta que fueron seducidos por el mismo Nurgle o uno de sus emisarios.
Él dejo los papeles de hojas amarillas en la mesa y la brisa entraba por el patio pequeño a la vez que movía las cortinas de color blanco.
Arkon salió afuera vio como los aldeanos seguían trabajando, los guardias vigilaban las calles por las noches.
Las torres solo se encenderían las almenaras en caso de vista del enemigo y cuando sean vistas las campanas tocaran y resonaran por toda la ciudad.
Cuando se sintió sus párpados cansados, notó que era hora de dormir para él, y por la posición de la luna eran las dos de la mañana.
Sin embargo, al volver entrar a sus aposentos notó algo raro, Rexes no estaba y sin vacilación fue a por a su espada y la desenfundó.
Vio por todos los lados y no estaba, él siempre tenía la costumbre de comer encima de su cama los huesos.
Algo más era extraño, de sentía somnoliento e incluso comenzó decaer y al encontrar otra vía fue a su patio y sacó su rollo.
Del cielo diez rayos de luces rodearon al centro urbano, diez hombres de piedra gigantes de la altura del pecho de un coloso, con cascos espartanos con flechas, espadas, escudos y arcos de roca comenzaron a vigilar.
Sin embargo, su atención fue directa al campeón de su antiguo rey, sin vacilar corrieron hacia él alertando a todos.
Los soldados humanos al ver qué iban a los aposentos de su rey, rápidamente fueron alertados.
Arkon por otro lado estaba resistiendo la somnolencia que se volvía más poderosa con los segundos y cuando creía que iba a caer, Rexes abrió las puertas de hierro.
Pero su estado no era el mejor, todo su cuerpo fue cortado, tenía muchas laceraciones e incluso grandes agujeros que expulsaban sangre.
Sus ojos al parecer fueron atacados debido a que siempre estaban abiertos por culpa de los atacantes.
Incluso el labio izquierdo de su rostro fue cortado y mostraba sus molares y colmillos.
Y sin miedo fue al atacante que era una rata de pelo negro como la noche, y sin parar fue a Arkon y lo puso en su costado izquierdo mientras se preparaba a rugir.
Las ratas antes de que pudieran reaccionar Rexes rugió con fuerza despertando a toda la ciudad.
Y le dio el tiempo suficiente para los pegasos a llegar y asesinar a las ratas asesinas.
"mi señor ar…" pero Arkon no llegó a escuchar debido a que se desmayó.
Y antes de que pudiera acercarse a su rey, Rexes alterado tanto por su estado como por el de su jinete comenzó a defenderlo de sus propios soldados.
Llegando incluso a desmayar de un golpe a un pegaso haciendo que tanto los soldados como las cosas del patio se cayeran.
Todo llego a un punto muerto, pero de la puerta aparecieron los dos héroes más fuertes de Grecia.
Heracles y Aquiles, los dos que incluso pudieron a acariciar a Rexes cuando estaba incluso comiendo intentaron calmarlo.
Pero no había caso, parecía que estaba protegiendo a su cachorro de muchos otros leones.
Y no tuvieron de otra que utilizar la fuerza, Hércules con su fuerza inhumana agarro a Rexes del cuello y este comenzó a pelear y utilizar sus garras.
Aunque este hombre era alto, Rexes debido a la alimentación y cuidado de Arkon, había aumentado aún más su tamaño al punto de que Philitos solo le llegaba por debajo de su cabeza cuando él estaba completamente erguido.
Y los más fuertes del lugar, es decir, los hetairoi fueron a ayudarlo.
Aquiles por su parte fue a revisar a Arkon.
"Arkon despierta, por el amor de Víctor, despierta no podemos aguantar a Rexes." Dijo con nerviosismo.
Sin embargo, el rey seguía durmiendo.
"Aquiles llego el sacerdote." Dijo un soldado.
Él se acercó y se arrodilló, su mano por todo el cuerpo de Arkon y de esta resplandecía con un color blanco.
"esa magia, magia del caos sin embargo su resistencia a esta es increíble, tanto por ser campeón de Víctor como bendecido por Circe lo protegen tanto en cuerpo como en alma." Dijo el sacerdote.
"a mí eso no me importa, quiero saber cómo está" dijo Aquiles.
"estará bien, solo hay que esperar a que despierte." Dijo el sacerdote.
"bien todos retrocedan, para cuando Heracles suelte a Rexes todos debemos irnos." Dijo mientras levantaba al rey de Grecia.
"y desde este día, las ratas tendrán los días contados." Dijo Aquiles con furia.
Hércules soltó a Rexes y este ya finalmente se había calmado, pero aun así fue al lado de Arkon.
Cuando sintió el aroma de las ratas fue directo a estos para asesinarlas, pero no esperaba que sus cuchillas estaban hechas de piedra bruja.
Energía del caos materializada, y debido a que eran numerosos lo atacaban por todos los lados, pero pudo con ellas por completo.
Ahora no se despegará de su lado incluso cuando no sienta el peligro.
Ya había prendido la lección por las malas.
"¿Cómo pudieron dormirlo sin que él se diera cuenta?" dijo Hércules con el ceño fruncido.
"energía del caos lo suficientemente disuelta para dormir a alguien, ni en mis peores imaginaciones podría pensar algo así, inhalación, agua, comida, muchas posibilidades para considerar." Respondió Aquiles.