Viajero había demostrado ser justo lo que Magnus necesitaba para completar su hechizo de viaje Inter-dimensional. Aunque trabajó en él desde que estaba en Yggdrasil, todos sus avances eran solo teóricos y al llegar al nuevo mundo se dio cuenta de que estaba mucho más lejos de lograrlo de lo que pensaba originalmente.
Al comparar la información que obtuvo de su sistema de defensa cuando la isla fue transportada con la investigación que había desarrollado sobre el viaje entre mundos más de la mitad de sus teorías quedaron completamente descartadas y Magnus tuvo que comenzar prácticamente desde cero. Durante casi un mes no tuvo ningún avance significativo, claro ese proyecto no era su enfoque principal en ese momento, pero aún le dedicaba suficiente de su tiempo.
Hasta que obtuvo la clase de trabajo rara Viajero.
Comprensión de las leyes dimensionales, maestría del lenguaje y dominio del espacio. Esos eran los tres beneficios básicos mencionados en la descripción de la clase y para Magnus eran el mejor regalo que podría conseguir.
La comprensión de las leyes dimensionales era precisamente eso, el conocimiento de la existencia de infinitas dimensiones y la correlación entre ellas; era como si Magnus ahora estuviera de alguna manera conectado al flujo omniversal, como decidió llamar al cumulo de dimensiones existente. Solo este conocimiento fue suficiente para prácticamente finalizar la parte teórica de su hechizo, ya que los conceptos que antes le eran desconocidos al brujo ahora estaban claros en su mente.
Maestría del lenguaje fue otra joya. La capacidad de dominar cualquier idioma a la perfección podría no parecer gran cosa, al menos hasta que se tiene en cuenta que esta habilidad la tiene Magnus, el infame Brujo rúnico. Como había quedado demostrado desde el cambio de mundo, las runos ERAN un lenguaje, el lenguaje del mundo para ser específicos, y la maestría del lenguaje también se aplicaba a ellas, algo que Magnus estuvo muy feliz de descubrir ya que esta habilidad en particular tenía muy buena sinergia con sus beneficios divinos, lo que aumentó enormemente la velocidad con la que pudo desarrollar las cadenas rúnicas para el hechizo de viaje.
Finalmente, el dominio del espacio.
Anteriormente Magnus no podía teletransportarse por sí mismo debido a la imposibilidad racial de los brujos para utilizar magia del sistema de niveles, para esto el brujo había ideado las runas de sustitución basadas en el infame jutsu Dios del trueno volador, pero debido a la necesidad de marcar previamente el destino del viaje este método no era muy útil fuera de la isla que ya estaba completamente marcada por él. Para esos momentos donde sus runas no podían ser utilizadas, Morgan sería la encargada del transporte.
Antes, por mucho que lo intentara, la única forma de transporte con runas posible era la sustitución incluso si Magnus quisiera crear un círculo rúnico de teletransportación simplemente no funcionaría por algún motivo. Ahora, sin embargo, Magnus tenía la capacidad para controlar el espacio a su antojo y con poco esfuerzo creó varios hechizos espaciales nuevos, no solo de viaje sino de almacenamiento, ataque y defensa todo gracias a su nuevo control sobre el espacio el cual, curiosamente, no era mágico sino más ¿conceptual? La forma más fácil de explicarlo sería que era parecido a su autoridad sobre las runas, aunque en una escala un poco menor.
Aparte de los tres beneficios obvios, la clase también le otorgó a Magnus algunas habilidades extra, aunque nada tan asombroso, esto le hizo creer a Magnus que tal vez todavía no había descubierto todas las ventajas de la clase.
Aun así, no se desanimó, todo lo contrario, Magnus estaba muy contento.
En ese momento Magnus, Morgan, Tiaamat, Alfred, Lilith, Amriell y Lucian Bafell estaban reunidos en uno de los sótanos de la torre de Magnus donde un complicado círculo rúnico estaba dibujado en el suelo y diversas cadenas de runas también brillaban por las paredes y el techo. Magnus había traído a todos allí después de una reunión con las 6 sombras.
Después de dos semanas prácticamente sin descanso Magnus finalmente creó el hechizo que le permitirá viajar a otro mundo y en ese momento estaban a punto de realizar el primer viaje. Por supuesto no podían irse y dejar sus responsabilidades tiradas, pero ya delegaron las tareas importantes a sus subordinados y por el momento no había nada que requiriera la presencia de los reyes.
Ainz estaba preparando el escenario para su presentación durante la guerra entre el reino y el imperio que ocurriría un mes después y habían acordado reunirse después de que fundara oficialmente su nación. Los acuerdos con Roble tardarán al menos otros tres meses antes de llegar a buen termino y Thorner ya estaba encargándose de eso. Las solicitudes de otras naciones podían esperar hasta que regresaran. Y en cuanto a la isla, cada una de las sombras era responsable de la administración de una parte del territorio, incluso si Thorner estaba fuera de la isla el clan Hammhead mantendría el orden en el lugar después de todo los civiles también eran NPC's del reino por lo que no causarían problemas.
Deja que el rey reine, no que gobierne.
Esa era la consigna en la que los tres se basaban como monarcas. Toda la gestión estaría en las capaces manos de sus subordinados y cuando fuera necesario ellos podrían dar un paso adelante y asumir las responsabilidades pesadas. Debido a esa forma de hacer las cosas no habría ningún problema si se aventuraban durante meses ya que su reino no tendría ningún percance. No es que fueran a alejarse de la isla por tanto tiempo, eso seguramente volvería locos a los NPC's y quien sabe lo que harían.
El punto era que finalmente todo estaba listo para que se embarcaran en su primera aventura real en otro mundo y Magnus no podía contener su emoción mientras terminaba de preparar la activación del hechizo.
Su círculo rúnico, aunque perfectamente funcional, tiene un inconveniente que no ha podido solucionar todavía: la aleatoriedad del destino. Debido a que no está seguro de su posición precisa en el flujo omniversal no puede seleccionar un mundo objetivo por si mismo, aunque está seguro de siempre llegar a otro mundo y no quedarse en una especie de limbo entre dimensiones gracias a sus medidas de seguridad, no puede saber si es un mundo que conoce o no hasta que llegue a él.
Por suerte tiene una forma de establecer algunos parámetros para cerrar un poco las posibilidades de tal manera que al menos se pueda saber algunas cosas de antemano. Por ejemplo, para el primer viaje los parámetros decididos fueron: que exista la magia, que no sea un mundo medieval y que el mundo no estuviera destruido. Eso último podría parecer exagerado o estúpido, pero habiendo vivido en la tierra del 2138 los tres estuvieron de acuerdo con que era absolutamente necesario establecer ese requisito.
Debido a la imposibilidad de conocer en qué mundo terminarían era prácticamente imposible volver a un mundo después de salir de él, pero Magnus ya había encontrado una solución. El círculo mágico dibujado en el piso no era el hechizo de transporte, era un "faro" capaz de guiar a Magnus y solo a él desde cualquier lugar del flujo omniversal de regreso a la isla, de esta forma podrían volver cuando quisieran y planeaba dibujar el mismo "faro" en cualquier mundo que le interesara lo que le permitiría viajar a ellos cuando quisiera.
- Entonces, un repaso rápido de como haremos esto – Magnus llamó la atención de todos cuando finalizó sus preparativos. – Cuando active mi hechizo nosotros seis seremos enviados a otro mundo, pero no sé a dónde, o si estaremos en un lugar seguro por lo que no deben bajar la guardia. Dicho esto, si nos encontramos con alguien no debemos atacar primero, es mejor obtener información antes de revelarla. No necesito decirles cómo actuar en caso de encontrarnos en territorio hostil.
- Je, pareces un general preparando a los soldados para la guerra – se burló Morgan.
- Tal vez lo sea, no sabemos lo que nos espera y honestamente eso me emociona bastante – respondió él con una gran sonrisa. – Lucian, dejaré la seguridad de la isla en tus manos y las del resto de las sombras.
- Mi señor, protegeremos el reino hasta su regreso – prometió Lucian.
A pesar de ser fanáticos de sus reyes y de preocuparse profundamente por ellos ninguno de los NPC's de la isla detendría a sus gobernantes de irse de aventura ya que incluso en la tradición del reino indica que la mayoría de sus logros surgieron como efecto secundario de su sed de aventuras por lo que es parte de quienes son y los ciudadanos sabían que sus reyes siempre regresarían, después de todo eran el único reino que nunca fue derrocado. Por lo tanto, Lucian no trató de impedir que sus señores se marcharan, sino que juro asegurarse de proteger el lugar al que regresarían.
- Bueno, si todo está dicho y hecho ¿qué estamos esperando? – Tiaamat era otra que no podía contenerse.
- Está bien, llegó el momento – Magnus llamó a todos los que viajarían para que se acercaran a él antes de invocar {Al Exxorum} en su mano derecha ya que sus runas mundiales solo podían ser usadas a través de él.
Debido al poder de las runas mundiales los desarrolladores impusieron varias restricciones a su uso, la mayoría de las cuales desaparecieron después del cambio de mundos, pero algo que permaneció fue que esas runas solo podían ser canalizadas por su báculo sin excepción. Por supuesto eso no era ningún problema para Magnus ya que estaba perfectamente familiarizado con su arma principal y con un par de movimientos de sus manos una complicada cadena de runas apareció brillando en al aire y rodeando a los 6 mientras se unían en distintos conjuntos que tomaban formas aleatorias antes de cambiar. Finalmente, después de 15 segundos de movimientos complejos y runas brillantes Magnus golpeó el suelo con su bastón y entonó su hechizo.
- [Puente arcoíris: Bifrost]
Con la activación del hechizo las runas empezaron a brillar de varios colores mientras el paisaje que los rodeaba empezaba a parecer borroso e indistinguible. Pronto todo lo que pudieron ver fue un caleidoscopio de colores danzantes rodeándolos por donde quiera que fuera su mirada.
El hechizo [Bifrost] fue creado por Magnus basándose en el "puente arcoíris que conecta los 9 reinos" de la mitología nórdica por tres motivos específicos. En primer lugar, como quedó claro que los conceptos detrás de las runas son sumamente importantes Magnus decidió que su hechizo estaría ligado conceptualmente al viaje entre mundos y, siguiendo ese orden de ideas, Magnus pensó que ya que las runas provienen de "Yggdrasil" algo ligado a esa cosmología especifica aumentaría el poder detrás del hechizo.
Por otro lado, al ser un "puente" permite el viaje en sentido inverso por lo que no se quedarán varados en algún mundo extraño por error.
Finalmente, el Bifrost de la mitología estaba "protegido contra las invasiones" y Magnus aplico esta idea en especial para impedir que alguien pudiera descubrir su llegada a estos nuevos mundos ya que algunos tenían "guardianes" encargados de deshacerse de los invasores y no quería tener que lidiar con algo así en el primer mundo que visitara.
Después de un par de segundos la expresión de Magnus se tensó por un momento antes de mostrar abierta sorpresa, pero antes de que pudieran preguntar algo el ambiente a su alrededor volvió a cambiar abruptamente, pero graciosamente parecía que estaban en el mismo lugar: un sótano poco iluminado con un círculo rúnico dibujado en el piso y algunas runas en las paredes.
La diferencia es que la iluminación en este lugar provenía de antorchas, no de las lámparas mágicas que había en la torre de Magnus, y que el círculo y las runas dibujadas por la habitación eran bastante distintos a los que Magnus creó. Hablando de eso, Magnus comenzó a inspeccionar las runas en seguida como si nada más fuera importante incluso activando sus [Ojos de dragón] para no perderse ningún detalle. Los demás también miraron a su alrededor con curiosidad apenas disimulada.
- ¿Qué demonios? – murmuró una nueva voz con sorpresa.
No es que no la hubieran notado, después de todo no bajaron la guardia ni por un segundo, era solo que la chica que estaba con ellos en el sótano no representaba absolutamente ningún peligro para ellos. Se trataba de una humana de unos 20 años de cabello rubio que caía hasta su espalda, ojos azules con una intensidad helada que era desconcertante incluso para Magnus, un cuerpo delgado, pero bien proporcionado y una expresión de sorpresa que rápidamente se volvió estoica al mismo tiempo que hubo un movimiento en su magia interna mientras apretaba un pequeño palo de madera en sus manos. Porque sí, esa chica tenía una reserva mágica relativamente alta en comparación con alguien del nuevo mundo, lo que la sitúa en algún lugar entre los niveles 20-25.
- Ya que parece que su mente ha salido del estado de shock inicial, permítame presentarme, señorita. Mi nombre es Lord Magnus Al Acser, Gran rey de Elion – Magnus alejó su vista de las runas y le habló a la chica. – Y para responder a su pregunta, solo uno de nosotros es un demonio a pesar de nuestras apariencias inhumanas.
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Wenaaaassss
¿Qué tal el capítulo? Con esto oficialmente termina el primer volumen de la historia ¿alguien es capaz de adivinar quien es la chica del final?
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Nos vemos!!!!
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